sábado, 19 de enero de 2013

Damon y Elena: Evolución a lo largo de la tercera temporada

Nota: Este artículo trata solamente de la evolución de Damon y Elena,  por lo que no se puede considerar resumen de los capítulos ni review


Artículo escrito por Black Mamba Only TVD's Blog (The Vampire Diaries)

El final de la segunda temporada dejó a Elena en una situación algo incómoda: besó a Damon en los labios al pensar que el vampiro iba a morir como consecuencia de la mordedura de hombre lobo. Pero, ¿le hubiese besado de esta forma si en realidad no sintiese nada por él? La tercera temporada va a ser trascendental para esta pareja, pues con la marcha de Stefan, Damon está condenado a permanecer en Mystic Falls para cuidar de Elena, la mujer a la que ama y que nunca pondrá tener porque es la novia de su hermano. Y para colmo es Stefan quien entregó su alma para salvarle la vida. La situación es trágica para Damon, pero, ¿qué ocurrirá con Elena? ¿Seguirá pensando que “siempre será Stefan” cuando no tenga más remedio que convivir con Damon para rescatarlo de Klaus? ¿Seguirá engañándose a sí misma o alguna vez reconocerá que sus sentimientos hacia Damon van más allá de la simple amistad?

3×01 (The Birthday). Han transcurrido un par de meses desde la desaparición de Stefan. Damon sigue con Andie, la novia que él mismo definió en el capítulo 2×19 (Klaus) como su distracción para evitar ir a por lo que realmente quiere: a Elena. Esto me hace pensar desde hace cúanto tiempo que Damon está enamorado de ella. Está claro que esta chica siempre le ha gustado desde el principio, pero a medida que desaparecía su obsesión por Katherine, crecían sus sentimientos hacia Elena. La decepción con Katherine al descubrir que no se hallaba en la tumba hizo equilibrarse la balanza y finalmente, en los últimos capítulos de la primera temporada, Damon ya se había enamorado sin remedio. El retorno de Katherine y el rechazo de Elena en el principio de la segunda temporada le provocó una confusión, pero rápidamente se aclaró y desde entonces, su amor por Elena le ha llevado al desequilibrio mental y a sus transtornos de personalidad. En este capítulo parece que Damon se ha calmado en sus deseos de matar y lleva una especie de pseudo-felicidad junto a su marioneta Andie. Se conforma con eso, pues Elena es algo prohibido para él.

La situación prohibida entre Elena y Damon provoca que esta pareja se vuelva cada vez más interesente, y evidentemente los guionistas, sabiendo el tirón que tienen, nos van a brindar una gran cantidad de escenas entre ellos dignas de comentar. Recordemos que Elena sigue bebiendo los vientos por Stefan, y procura seguirle la pista a toda costa. Cuando aparece en casa de Damon y le sorprende completamente desnudo no puede evitar gritar y ruborizarse. Damon juega con ella. La había escuchado entrar y le gusta provocarla con sus bromas. Elena parece que no le sigue el juego, pero él ya está acostumbrado a ello. No obstante necesita su apoyo y en todo el capítulo, se ve que la chica no para de seguir a Damon, buscar a Damon, preguntar a Damon… actualmente Damon es su mundo, y no va a tardar en darse cuenta.


Recordemos que en este capítulo Elena cumple 18 años. Mientras Caroline y Tyler la ayudan a preparar la fiesta, sale la inevitable conversación del beso de Elena a Damon. Tyler cree que Damon no va a mover un dedo por rescatar a Stefan ya que está enamorado de ella. Elena le defiende y niega que el beso significase algo. Se miente a sí misma al decirles que se lo dio porque pensaba que se estaba muriendo. ¿Acaso no existen los besos en la mejilla, Elenita?.

Después de los preparativos, mientras Elena se está vistiendo para la fiesta, Damon la contempla absorto tras la puerta. Su rostro se ilumina cuando le descubre, y por fin podemos vislumbrar un comportamiento afectivo de Elena hacia Damon. Hablan como si fueran amigos, sin enfados ni rencores. Elena se emociona al ver que Damon ha encontrado su colgante, el cual estaba perdido en el apartamento de Alaric. El regalo le ha hecho muy feliz, y tímidamente le pregunta si le puede ayudar a colgárselo, a lo que Damon accede encantado. La tensión entre ambos es latente cuando el vampiro se lo coloca con delicadeza en el cuello y la mira, encantado de haberla puesto contenta por unos instantes, a través del espejo. Abandonan la habitación cogidos de la mano después de haber compartido aquel momento tan mágico para ambos.


Y por último, Damon pierde toda la esperanza de recuperar a Stefan cuando éste mata a Andie delante de sus narices. Elena se enfada con él porque le ha estado ocultando información acerca de las víctimas de Klaus. Lo que realmente quería Damon era apartarla para protejerla de la terrible verdad: las víctimas no son de Klaus sino de Stefan. Se ha convertido en un violento destripador y ya no hay esperanza. Damon lo ha vivido en otros tiempos. “Stefan no va a volver. No en lo que te quede de vida” le responde a Elena para que abra los ojos de una vez. Pero ésta no se dará por vencida, y mucho menos después de recibir una llamada de Stefan a altas horas de la noche. Porque si hubiera olvidado todo lo que sentía, ¿acaso la hubiese llamado?


3×02 (The Hybrid). Otro capítulo que explora los sentimientos que Elena puede tener hacia Damon. Cuando se dispone a acudir en busca de Stefan en compañía de Alaric, Elena acaba completamente remojada en medio de los bosques y maldiciendo a Damon por haber aparecido por sorpresa y haberla empujado al lago. El vampiro le ordena que salga del agua, pero ésta se niega porque sabe que la va a devolver a casa. Damon lo afirma, ya que “no es tan idiota como ella” (palabras textuales). Alaric revive otra de las peleas al estilo capítulo “2×03 Bad Moon Rising” en el que no sabía dónde meterse, y les dice que los dos son idiotas. El master-plan de Elena es encontrar a Stefan y ayudarlo. Damon se vuelve a negar porque además Klaus se piensa que está muerta, y debe seguir así por si acaso. Elena vuelve a insistir, y como Damon se vuelve débil con ella y no sabe decirle que no, accede a cambio de volver antes de que aparezca la luna, a no ser que algún lobo le muerda y “quiera volver a revivir la escena del beso en el lecho de muerte” (haciendo alusión al 2×22 “As I Lay Dying” cuando Elena le besó mientras agonizaba).

Una vez la cosa se pone peliaguda porque los hombres lobo se están transformando antes de tiempo, Elena tiene pánico a que Damon salga herido del bosque, por lo que le ruega que huya de allí. Este cambio de opinión de Elena va a provocar preguntas en Damon, y no tarda mucho en acudir a hacerle una visita a su casa en busca de respuestas. Tras admitir su error con Stefan (pues éste lo rescató de un hombre lobo en el bosque) y prometerle que la ayudará a encontrarlo, insiste en saber qué es lo que le hizo cambiar de opinión a Elena en los bosques. Estaba obsesionada con acudir allí, tenía armas y a Alaric con su anillo. Se podía haber quedado. Elena reconoce que estaba preocupada por él y que no quería que le hiciesen daño. A Damon le vale esta respuesta, y cuando está a punto de abanadonar la habitación ésta se gira y le vuelve a reconocer que efectivamente se preocupa por él. ¿Pero por qué necesita que se lo diga en voz alta? Damon se acerca a ella hasta el punto de tocarle la frente y le contesta de una forma que no se espera: “Porque cuando saque a mi hermano del abismo y te lo traiga de vuelta quiero que recuerdes las cosas que sentías cuando él no estaba”. El vampiro abandona la habitación tras una dulce caricia en su pelo. Elena parece confundida. Incluso no sabe qué decirle a Alaric, quien le pregunta si va todo bien. Damon acaba de admitir que luchará por ella una vez rescate a Stefan de la influencia de Klaus, por lo que en contra de lo que pensaba en el “2×08 (Rose)” cuando le confiesa su amor para posteriormente borrarle la memoria, se vuelve a considerar digno de ella, y piensa luchar en igualdad de condiciones que su hermano, es decir, una vez lo libere de la oscuridad.

3×03 (The End Of The Affair). Este capítulo ha sido una especie de viaducto para lo que vendrá próximamente. El título describe perfectamente la situación entre Stefan y Elena. Éste, con el fin de protegerla, decide enfrentarse a ella y romper la relación que tenían. Han sido las duras palabras de Stefan las que han provocado que Elena se dé (al fin) por vencida y decida emprender una nueva vida sin su amado. ¿Qué ocurrirá entonces entre ella y Damon? De momento la situación se halla un poco estancada. Nos han brindado alguna que otra escena divertida entre ellos, como la de Elena despertándose en su cama al lado de Damon:

D: ¡Levántate, dormilona!

E: (se despierta y se aparta inmediatamente al darse cuenta que estaba durmiendo encima de Damon) ¿Qué estás haciendo? ¡Sal de aquí!

D: Estabas soñando conmigo… eso explica el babeo.

E: (no está para bromas) Oh! Dios mío. ¿Las 6 de la mañana? ¿En serio? ¿Realmente no tienes nada mejor que hacer a las 6 de la mañana?

D: Bien… no vengas conmigo a traer a Stefan a casa… ¡Nos vemos! (Damon se levanta de la cama).

E: Espera, espera! ¿Qué? ¿De qué hablas? ¿Dónde está?

D: Está en la ciudad del viento.

E: ¿Está en Chicago? ¿Cómo lo sabes?

D: Me vino en un sueño… yo estaba desnudo…. ¡te hubiera encantado! Empieza a hacer la maleta (se pone a remover la ropa interior de Elena). Mmm… pon estas en el montón del “sí” (Elena le quita las bragas de la mano, indignada).


El resto de escenas entre ambos ocurren mientras se dirigen a Chicago, él queriéndole hacer ver lo sádico que era su hermano en el pasado y ella incrédula hasta que encuentra en el antiguo apartamento de Stefan una lista escrita de su puño y letra con los nombres de todas sus víctimas. Damon está dispuesto a sacrificar su vida para que Elena haga todo lo posible para traer de vuelta a su hermano, por lo que insiste mucho en que la chica le diga que podrá llevar a cabo sus planes, los cuales no acaban según lo esperado. Pero por fin, Elena se da cuenta de que Stefan, si finalmente se recuperara de su adicción, tardaría años en volver a ser el quer era, pues es así como lo describe en su diario. Y esto puede ser media vida para un ser humano, por lo que finalmente acepta la decisión de Stefan de seguir con Klaus y olvidarse de su vida en Mystic Falls.



3×04 (Disturbing Behavior). Todos recordaremos este capítulo como el día en el que Elena por fin reconoce que sus sentimientos por Damon van más allá de la pura amistad. Caroline y Alaric han sido los primeros en darse cuenta, por lo que la vampiresa le insiste a su amiga que lo reconozca y Ric le pide a Damon que se tome un respiro con ella, pues hay que estar ciego para no darse cuenta de la fuerte atracción que sienten el uno hacia el otro. Sobretodo Alaric, que últimamente ha vivido algunas situaciones (de amor, odio y coqueteo haciendo chili) que no le han gustado un pelo, y como “tutor”, no cree que Damon sea un buen partido para ella.

Pero el vampiro está harto de que todo el mundo le diga cómo debe comportarse, incluso Elena, quien insiste en que debe empezar a actuar correctamente si quiere tenerlo a su alrededor. En un momento de enfado y después de pelearse con Caroline al querer defender a su padre, Elena le recrimina el haber actuado de esa forma. “No es nada que no haya hecho antes” le responde. “¿Por qué de repente es tan importante para todos controlarme?” le grita a Elena. Ésta le responde que no quiere que otras personas vean lo que realmente es. “¿Qué soy? ¿Un monstruo? Siento decepcionarte, Elena, ¡pero la última vez que lo comprobé, seguía siendo un vampiro! No Soy Stefan, así que deberías dejar de intentar convertirme en él”. El vampiro tiene razón. Elena está intentando cambiarle porque se avergüenza de tener esos sentimientos hacia él, el anti-héroe. Lo que su amiga Caroline le va a hacer ver es que da igual cómo se comporte, no importa lo que haga y a cuántas víctimas mate. Elena se siente atraída hacia él tal y como es (en el 2×22 “As I Lay Dying” le confesó que le gustaba de esta forma). Recordemos la conversación entre Elena y Caroline:

E: De acuerdo. Damon y tú teníais razón. Estaba intentando cambiarlo. Pero si quiere estar en mi vida…

C: Mira… ha sido una semana muy larga, así que voy a hablarte sin rodeos. No importa lo que él haga. ¡Estás loca por Damon!

E: Eso no es cierto…

C: ¡Dios! Solo admítelo, Elena. ¿De acuerdo? ¡Te sientes atraída por él! ¡Por todo su esplendor de “hermano malo”! ¿No te sientes atraída o simplemente no quieres admitirlo?

E: ¡No puedo Caroline! Si lo admitiera… si incluso lo pensara solo por un segundo… ¿qué diría eso de mí?

C: Diría que eres humana, Elena…


Elena ya no puede ocultar la atracción que siente hacia Damon, y lo más importante: lo quiere tal y como es, pero de momento se niega a admitirlo. Ya veremos lo que dura, pues si Damon ya descubrió en el 2×01 “The Return” que algo había entre ellos y que se engañaba a sí misma, a estas alturas va a ser imposible negar lo evidente. El ciclo Stefan/Elena ha finalizado, por lo menos en esta temporada. Y la historia de Elena y Damon acaba de empezar, aunque lleve cociéndose desde los primeros capítulos. Incluso Katherine, cuando acude a visitar a Damon haciéndose pasar por Elena y éste diciéndole que solamente aceptará sus disculpas por escrito, le suelta otra de sus magníficas frases: “¿Ya os estáis peleando de nuevo, tortolitos?”. Veamos cuánto tiempo tarda Stefan en darse cuenta de que Elena se está enamorando de Damon sin remedio, y cómo ésta va a intentar aguantar hasta que su corazón estalle. ¿Y Damon? Está enojado y ha decidido acompañar a Kat en su aventura, ¿pero hasta cuándo? ¿Logrará permanecer alejado de Elena por mucho tiempo?. Lo dudo… ¿y vosotros? ;)


3×05 (The Reckoning). Recordemos el road-trip D&K: Damon huye de Mystic falls con Kat harto de que todo el mundo le esté juzgando constantemente. Decide acompañarla a un destino desconocido, pero nuestra vampiresa favorita (por lo menos la mía) sabe que realmente está huyendo de Elena. Cree conocerle más que nadie, y decide consolarlo con un apasionado beso que el Damon obsesionado por ella nunca hubiese rechazado. Pero el nuevo Damon vuelve a demostrar por enésima vez que Kat es historia para él (si no tuvo bastante en el 2×07 “Masquerade” o el 2×16 “The House Guest”, esta es la oportunidad para que se dé cuenta), y la rechaza mofándose de ella. “Te quería dar una oportunidad, pero no ha surgido la chispa”. Me gusta por eso que a pesar de todos los rechazos que sufre por parte de los Salvatore (y con razón), siempre aparece cuando la necesitan, aunque muchas veces se cambie de bando por su propio beneficio. Eso es lo genial de este personaje, que nunca te esperas lo que está tramando. Ni siquiera Stefan confió en que le entregara la cura a su hermano, pero lo hizo, y eso le ha hecho ganar muchos puntos aunque nadie en Mystic Falls quiera reconocerlo. Pero bueno, esto es otra historia. Volvamos a lo que nos interesa: la evolución de Damon & Elena. ¿Verdad que pregunté cuánto tardaría Damon en volver a Mystic Falls porque no soporta la idea de estar lejos de Elena? Solo ha hecho falta recibir un sms de Bonnie explicándole que Klaus se halla en la ciudad para que ni corto ni perezoso decida abandonar a Kat y regresar junto a la chica a la que ama, sin importarle que Klaus le haga picadillo. La verdad es que a Katherine no le faltaba razón cuando le decía que era mucho mejor encontrar a Mikael para deshacerse del híbrido, pero Damon no razona cuando se trata de Elena, y es capaz de cometer mil locuras por ella. “Vas a conseguir que te maten” insiste Kat. “El Damon que recuerdo no hubiese sido tan estúpido”. Damon se gira hacia ella y la mira atentamente para que retenga sus palabras de una vez por todas: “No lo hubiera hecho por ti”. ¿Quién iba decir lo que el amor puede llegar a hacer cambiar a un vampiro? Damon es la prueba viviente. Después de todo a Andie no le faltaba razón en el 2×13 “Daddy Issues” cuando le soltó que el amor hace cambiar a las personas.


Ya en Mystic Falls Damon se enfrenta a Klaus de forma kamikaze (tantas broncas que le pegó a Elena en el 2×10 “The Sacrifice” al querer sacrificarse por las personas a las que quiere y Damon hace lo mismo. Tal para cual). Por suerte al híbrido le deja helado la palabra “Mikael” y huye despavorido, dejando vía libre al vampiro para acudir al hospital a rescatar a Elena, quien está donando sangre involuntariamente para que Klaus pueda crear híbridos. Damon se derrite al verla tan indefensa, incluso se para a mirar detenidamente la vía intravenosa. Pero al contrario que su hermano, ni siquiera se le transforma el rostro ni se le inyectan los ojos de sangre. Solo piensa en sacar a Elena lo antes posible. Cuando ésta pronuncia su nombre, la mira tiernamente y se la lleva a casa en sus brazos. Damon vuelve a demostrar lo ciertas que eran las palabras que le propició a Stefan en el 2×18 “The Last Dance”. Al final del día es él quien la mantiene a salvo.

Finalmente, en casa de los Salvatore, Elena intenta asumir el hecho de haber perdido a Stefan para siempre (o por lo menos hasta que Klaus muera, cosa un pelín complicada). Klaus le ha manipulado delante de ella para que pierda la poca humanidad que le quedaba y Damon se ofrece a borrarle la memoria. Elena se niega, pues quiere recordarlo todo. Necesita rememorar cada instante para dejar de ser aquella chica esperanzada en recuperar a su novio. Damon le devuelve el colgante, pero se niega a ponérselo. El recuerdo de su amor por Stefan acaba en la mesilla del salón de la casa, y por una vez en su vida se da cuenta de lo mucho que necesita a Damon a su lado. “¿Dónde estabas?” le pregunta llorosa mientras éste se deshace en su mirada. Se siente culpable por haberla abandonado y le promete que nunca más la va a dejar sola. Le coge de la mano y ambos comparten un momento único: el sentimiento de que no pueden estar el uno sin el otro. Damon la ama con locura y Elena no puede evitar sentirse cada vez más atraída por el vampiro. Se está enamorando de él, y es cuestión de pocos capítulos que caiga rendida en sus brazos.

3×06 (Smells Like Teen Spirit). Menudas escenas nos está brindando últimamente nuestra pareja favorita. Está claro que los guionistas se aprovechan del morbo que despiertan Damon y Elena ante la audiencia, y por mí mejor, pues la tensión está servida. En este capítulo Elena se niega a ser una damisela en apuros, y se pone las pilas con Alaric para entrenarse y defenderse de los vampiros. Stefan la incomoda porque Klaus le ha ordenado no despegarse de ella, y el primer día de instituto no transcurre con la normalidad que debiera. Hace exactamente un año que conoció a Stefan, y qué diferentes eran las cosas entonces. Damon se ríe de Elena mientras ésta se entrena. Incluso le pone peso “adicional” para fastidiarla, pues no cree que su “Modo Buffy ON” sea la solución a los problemas. Elena ha tenido la idea de encerrar a Stefan mientras everiguan cómo matar a Klaus. Pero Damon le recalca que va a tardar mucho tiempo en volver a ser el de antes, pues aun así es adicto a la sangre humana. Elena le suplica que lo haga por ella, y el vampiro evidentemente no es capaz de negarle nada. Le agarra la mano y la coloca en su pecho. “¿Lo sientes?” le pregunta éste ante una extrañada Elena que ha malinterpretado sus intenciones. “Es el esternon, un hueso sólido”. Damon le da la vuelta, la agarra velozmente por la espalda de forma que ésta no se puede soltar, y continúa con su “clase” de artes marciales. Le toca la espalda con delicadeza y le susurra al oído la forma de llegar al corazón de un vampiro (aunque mucho esfuerzo no ha necesitado para llegar al suyo). Elena parece que le aumenta el ritmo cardíaco y la respiración cuando éste le sigue susurrando “Haré lo que necesites que haga, Elena”. Y yo me pregunto: ¿Tiene esa frase un doble sentido? ¿Alguien ha interpretado que no solo se refiere a rescatar a su hermano sino que si Elena necesita una caricia o un beso, éste va a hacer todo lo que ella le pida?. Es la primera vez que vemos a Elena excitarse de esta forma ante Damon. Lo curioso de todo es que la escena está cargada de una tensión sexual tan fuerte que más quisiera Stefan cuando hizo el amor con ella en el 1×10 “The Turning Point”.

Y por si fuera poco, Elena acaba atrapada en su propia trampa cuando ésta le pide a Damon que distraiga a Rebekah con sus encantos para así poder estar a solas con Stefan y atraparlo con la ayuda de Alaric. Lo que no se esperaba eran los celos que siente al verle coquetear con ella de forma descarada. Incluso Stefan se da cuenta de su mirada asesina. “¿Qué es esa mirada? Mi hermano está ligando y tú estás celosa”. Elena lo niega rotundamente. Me imagino que Stefan acabará recordando esta situación incluso una vez recuperada la humanidad, pues incluso él se está dando cuenta de los sentimientos que su hermano está desperando en ella.


Finalmente, una vez Elena está a salvo después de casi morir chamuscada por culpa de Vicky, regresa a casa de los Salvatore. Damon intenta curarle la mejilla con un algodón y ésta aún parece molesta por la gran interpretación de antes con Rebekah:

E: Interpretaste tu parte del plan realmente bien esta noche.

D: ¿Ah sí?

E: Tenías a Rebekah babeando por ti y por tus nubes de caramelo.

D: Sí… antes de que me convirtiera en una brocheta. Pensé que estabas demasiado borracha para notarlo.

E: Estuve fingiendo la mayor parte del tiempo.

D: Yo también…

Elena lo mira detenidamente, como si empezara a tener consciencia de los sentimientos que le están brotando en su interior, pero son interrumpidos por Alaric, quien todavía no perdona a Damon por haberlo matado hace dos capítulos. Ambos se despiden con una mirada, desde lejos. Una mirada que lo dice todo… lo que se importan, lo que se quieren y lo que se necesitan. ¿Será capaz Damon de aguantar hasta recuperar la humanidad de su hermano después de lo que está viendo en Elena? ¿Y Elena? ¿Logrará frenar su amor por Damon, que está creciendo de forma irremediable y seguir teniendo fe en Stefan? ¿Cuánto tiempo tardará Elena en comerse su mítica frase “Siempre será Stefan” cuando Damon intentó besarla en el 2×01 “The Return”?


3×08 (Ordinary People). Tras un breve descanso en el 3×07 (Ghost World), volvemos otra vez a centrarnos en esta genial pareja, la cual nos brinda grandes momentos en este capítulo. En él se vuelve a mostrar lo grandes amigos que son y la química que desprenden cuando están en pantalla. Yo diría que hasta Alaric ha desistido en el intento de separarlos, o quizás es que le ha encontrado el gusto en descifrar runas vikingas y por eso ni siquiera se ha dado cuenta de la “Training Scene” que estaba sucediendo delante de sus narices. Elena intenta atacar a Damon con una estaca mientras éste la derriba, la agarra por detrás y le muerde el cuello. Elena se hace la ofendida y lo empuja con ímpetu, fingiendo desprecio hacia su amigo. Pero todos sabemos (incluso él) que a estas alturas nada será lo mismo aunque Stefan vuelva a su estado original. Sus sentimientos por Damon se fortalecen, y si encima añadimos la amistad real y sincera que tienen, se convierten en la pareja ideal de la serie. Elena ya no puede estar sin él. Desde que ha empezado la tercera temporada hemos visto cómo lo persigue, cómo necesita de su consejo y cómo lo va queriendo cada día más y más. Incluso su forma de mirarle es completamente diferente. Se pelean, bromean, se reconcilian… Damon se ha convertido en su ojo derecho y va a ser muy difícil luchar contra eso una vez regrese Stefan del abismo. Elena conoce más a Damon de lo que conoce a Stefan, e incluso Rebekah se lo ha dejado bien claro. “Sinceramente no os veo como pareja” le dice a Elena mientras contempla su foto con Stefan.


Después de todos los acontecimientos del capítulo Elena regresa a casa y se vuelve a encontrar a Damon en su habitación, esta vez metido en su cama. La Elena de la primera temporada no hubiese permitido jamás esta acción por parte del vampiro, pero ya nada es como antes. Simplemente se introduce dentro y le explica cómo le ha ido el día, como si de un matrimonio se tratase. Elena empieza a hablarle de Rebekah, y la describe como una chica que ama a ciegas y temerariamente, incluso si eso la consume. Damon la mira como si se sintiese identificado con la frase de Elena y ésta baja la vista. Cambia de tema enseguida para explicarle a su amigo lo importante que es el vínculo familiar. Se crea un ambiente mucho más íntimo cuando apaga la luz y le confiesa que es el único que puede recuperar a Stefan, ya que el amor que siente hacia él puede incluso con el que siente hacia ella. Damon aparta la vista pensativo, pues es exactamente lo que ha sucedido con Mikael. Ha logrado evitar la compulsión de Klaus cuando estaba en peligro, por lo que todo cobra sentido. Elena le pregunta si puede contarle el resto de la historia mañana, como si supiese que va a estar a su lado cuando se despierte, y Damon asiente mientras cierra los ojos, haciéndonos recordar la escena del 1×03 “Friday Night Bytes” en la que le acariciaba la mejilla mientras dormía plácidamente. En aquel capítulo todo era muy diferente. Damon quería conquistarla con el único propósito de fastidiar a su hermano, la intentó manipular para que le besara y se introdujo en el sueño erótico que estaba teniendo con Stefan con el fin de estropear las cosas. Ahora Elena confía en él y sabe que puede dormir tranquilamente a su lado. Y siendo Damon, apuesto que se va a pasar la noche entera contemplándola en silencio, conformándose con escuchar su respiración mientras duerme y amándola cada día más que el anterior, aunque eso le consuma por dentro.

3×09 (Homecoming). ¿Qué puede haber más romántico que una pareja montando granadas con acónito para matar hombres lobo? La respuesta es fácil si vemos a Damon y Elena en acción confabulando contra el resto del mundo porque no pueden fiarse de nadie, ni siquiera de Stefan. En esta escena podemos ver lo compenetrados que están y las bromas que se gastan mientras idean el plan para matar a Klaus. El rostro de Elena se transforma cuando aparece Stefan pidiéndole una corbata a Damon porque debe permanecer a su lado en la Fiesta de Bienvenida para protegerla.


A lo largo de la serie hemos sido testigos de toda clase de emociones entre Elena y Damon. Se han enfadado, han querido matarse, se han odiado, perdonado, han cuidado el uno del otro, se han importado más de lo que se pensaban, se han salvado la vida, han tenido celos, han saltado chispas al mirarse, se han excitado con solo rozarse… Damon ha despertado en Elena un cúmulo de sentimientos que va a necesitar digerir durante el resto de temporada, todos ellos ingredientes esenciales para que se produzca el enamoramiento tan esperado. Este capítulo nos ha aportado algo muy importante que dábamos por hecho pero que era necesario plasmar en algún momento: la confianza. En un plan de vida o muerte donde todo puede fallar, era necesario no dejar cabos sueltos, y ambos, poco a poco, se han ido dado cuenta de que solamente pueden contar el uno con el otro. “¿Confías en mí?” era una pregunta necesaria que Damon debía formular, aunque la diéramos todos por hecho desde hace tiempo. Después de mantenerla a salvo a toda costa sin importar los daños colaterales, amarla en silencio hasta el punto de enloquecer y anteponer su felicidad a todo lo demás, la espera ha merecido la pena al haber sido testigos de cómo Elena ha asentido a su pregunta sin pestañear. Los cimientos se han construido sobre una base firme, y aunque el camino no ha estado exento de obstáculos, todo ello ha servido para no mirar atrás, dejar anclado el pasado y seguir luchando juntos para salir adelante. Elena ha cambiado. Ya no es aquella muchacha incapaz de apuñalar a una vampiresa con la que empatizaba aunque ello supusiese estropear el plan. La Elena actual es más osada, decidida y toma decisiones drásticas aunque no sean del agrado de todos. La Elena actual dista mucho del carácter de Stefan y se acerca cada vez más al de Damon, quien le bromea diciéndole que sus actos han sido muy propios de Katherine. “El amor nos cambia” dijo Andie sabiamente en su día, y a medida que Damon ha ido recuperando la humanidad, Elena se ha ido endureciendo. Los polos opuestos se han atraído hasta alcanzar un peligroso equilibrio que van a tratar de evitar a toda costa debido a la difícil situación con Stefan.

Después de la huída de Stefan al haber salvado a Klaus, Elena es más consciente que nunca de que Damon y ella están solos. “Sobreviviremos a esto. Siempre sobrevivimos” le consuela ante la mirada enfurecida del vampiro por el fracaso. Elena lo agarra por las mejillas y lo mira fijamente mientras le pide que confíe en ella. Damon se ha resignado, y esta vez es ella la que decide no quedarse anclada en el pasado. Después de la conversación con Stefan en el 3×07 (Ghost World) donde le dejó claro que si no reaccionaba la iba a perder para siempre, Elena ha decidido dejarle marchar. Damon la mira atentamente, resistiéndose a la idea de dejar de luchar por su hermano, pero confortado ante los ánimos de Elena. En el momento de mayor intensidad son interrumpidos por una llamada de Katherine, quien felicita a Damon por su brillante plan aunque finalmente haya fracasado. Lo que ambos desconocen es que Stefan se ha sacrificado de nuevo para salvar a Damon, y ahora busca venganza porque Klaus se lo ha arrebatado todo, incluídos a ellos dos.

Elena se ha rendido, pero las cosas en el triángulo amoroso no van a ser nada fáciles a partir de ahora. Damon y Elena van a luchar para dejar de sentir lo que sienten, todo por evitar traicionar los sentimientos de Stefan ya que su hermano le debe la vida. ¿Pero hasta cuándo van a poder aguantar? ¿Lograrán combatir por todos los medios el amor que ha surgido entre ambos? ¿Es posible evitar lo inevitable?

3×10 (The New Deal). Después de todo lo sucedido, Damon y Elena han decidido seguir adelante sin Stefan. Elena intenta lidiar con los recientes problemas de Jeremy (su despido en el Grill, relación peligrosa con Tyler, ruptura con Bonnie…) mientras Damon “ahoga” sus penas en el alcohol haciendo todo lo posible para que Alaric le acompañe en el intento.

Elena recurre a Damon para desahogarse sobre Jeremy, pues ha perdido su trabajo y está preocupada. El vampiro le intenta quitar importancia al asunto, y tras un discurso de ésta sobre las exnovias muertas y a todos los seres queridos que ha perdido, Damon le recuerda que todavía la tiene a ella mientras juega a la diana. Elena, al ver que Damon no acierta en el blanco (algo muy raro), le pregunta si está bien. Ella sabe más que nadie lo que Damon quiere a Stefan, y cuando algo le preocupa, siempre acaba borracho en algún bar.

E: ¿Estás bien?

D: ¿Qué te hace pensar que no lo estoy?

E: Bueno… es de día y estás borracho. No es exactamente tu look más atractivo.

(Damon se acerca a ella, con mirada desafiante y coqueta).

D: ¿Y cuál es mi look más atractivo?

Elena sonríe, y le intenta apartar bromeando.

E: No estoy diciendo que no tengas ningún look atractivo. Solo digo que este es mi menos favorito.

(Elena le acaba de reconocer que es atractivo).

D: Anotado. Veremos si puedo hacer algunas mejoras.

La escena transmite el inevitable coqueteo que ha surgido entre ambos y la preocupación de Elena hacia su hermano. Es curioso que en la primera temporada (1×18 “Under Control”) la joven ya recurriese a Damon sobre sus problemas con Jeremy, a pesar de que su novio era Stefan por aquel entonces.

La conversación se ve interrumpida por Klaus, quien busca desesperadamente a Stefan porque se ha llevado los ataúdes con su familia dentro. Cuando éste se acerca a Elena, Damon se interpone sabiendo que Klaus es muchísimo más poderoso que él y lo aplastaría como una hormiga sin dudarlo. Pero Damon no se lo piensa dos veces cuando se trata de la seguridad de Elena, y lo mira desafiante sin importarle nada más. El vampiro nos vuelve a demostrar lo importante que es Elena para él, siempre protegiéndola a costa de su propia vida.

Tras el ataque a Jeremy manipulado por Klaus, Elena intenta convencer a Damon para entregarle Rebekah a Klaus, pero éste se niega rotundamente sabiendo que Elena correría peligro con Rebekah suelta (recordemos que fue ella la que la atacó con la daga por la espalda), y tras una conversación con Bonnie, acuden a la casa de las brujas, pues Stefan se encuentra dentro con los ataúdes. Damon espera fuera porque su anillo no funciona en la casa, y Elena se encuentra con Stefan, quien no piensa entregar los ataúdes. Acaba abofeteándole al confesarle que el ataque a Jeremy no le importa lo más mínimo.

Damon, al ver que Elena no ha podido hacer nada, le entrega las llaves del coche y le dice: “ve a ocuparte de tu hermano. Yo me ocuparé del mío”. Se despide con media sonrisa mientras ésta mira cómo se aleja. Ambos vampiros vuelven a enfrentarse y Damon quiere respuestas sobre haber estropeado el plan. Stefan le acaba confesando que lo hizo para salvarle, y Damon, enojado, le clava una estaca en el estómago, gritándole que deje de salvarle. Damon se aleja enfadado, aunque todos sabemos que él hubiese hecho lo mismo por su hermano.


Elena ya no aguanta más. El haber sido testigo de cómo su hermano de dieciséis años ha tenido que matar a un híbrido por la espalda y después cortarle la cabeza con un hacha le ha superado. Está destrozada, y Damon le pide que lo mire, que todo va a salir bien. Ésta la confiesa que ha entregado Rebekah a Klaus a cambio de la seguridad de Jeremy. Damon se enoja porque sabe que Rebekah irá tras ella, pero Elena le dice que no confía en nadie, incluido Stefan. Damon intenta consolarla cogiéndola por las mejillas como ha hecho otras veces (y como hizo ella en el capítulo pasado), prometiéndole que encontrarán otra forma para que Jeremy no viva como lo ha estado haciendo durante este tiempo. Elena mira a Damon, confiada. Aunque muchas veces tengan ideas dispares sobre cómo enfrentarse a todo lo que les está sucediendo, sabe que puede contar con él. Damon se ha ganado su respeto y confianza, contradiciendo de esta forma a Stefan en el 2×19 (Klaus), cuando le dijo a su hermano “Pero yo tengo algo que tú nunca tendrás. Su respeto”.

Damon, en otro acto de amor hacia Elena, manipula a Jeremy para que deje su vida de Mystic Falls atrás. Elena se siente horrible al haber traicionado a su hermano, ya que le prometió que nunca más le manipularía, pero es la única forma que le queda para salvarle la vida.

- Me siento como una persona horrible. – dice Elena resignada, en el porche de la casa de los Gilbert.

- Le acabas de salvar la vida, Elena. – le responde Damon. – Hazme caso. La separación es mala, pero la muerte es peor.

- No puedo dejar de pensar en lo que pasó la última vez que te pedí que lo obligaras (refiriéndose al caso “Vicky Donovan”).

- Lo descubrió y lo superó.- Insiste el vampiro. – De nuevo no ha muerto, Elena.

Damon avanza hacia ella y la mira a los ojos.

- ¡Tiene tanta suerte de tenerte como hermana…!

Elena lo mira, agradecida.

- Gracias.

- De nada. – responde éste.

- No solo por esto, Damon. Por todo. No sé qué haría si no estuvieses aquí.

Damon la mira, pensativo, sabiendo que no puede haber mentiras con la mujer a la que ama. Así que decide contarle la confesión de Stefan.

- Deberías saber esto, Elena. Stefan no nos ha jodido. Nos ha jodido, pero tenía una buena razón.

- ¿Qué? – dice Elena, sorprendida.

- Él salvó a Klaus para salvarme. – responde Damon. – luego robó los ataúdes para estar en paz.

Elena no da crédito a lo que está escuchando.

- Damon… si lo hizo para protegerte, entonces… ¿por qué lo haría? Es decir… ¿qué significa eso?

Damon se vuelve a acercar a ella.

- ¿Qué qué significa? ¡significa que soy un idiota! – exclama enojado. – Porque pensé por un segundo que no tendría que sentirme culpable nunca más.

- ¿De qué estás hablando? ¿Culpable de qué?

- De querer lo que quiero. – le confiesa Damon, mirándola a los ojos fijamente.

Elena se sorprende. Sabe que no está bien que hayan surgido estos sentimientos tan peligrosos hacia él. Ella no es como Katherine, y le aterroriza pensar en que se repita la misma historia… el cambiar a un Salvatore por otro.

- Damon…

- Lo sé. Créeme, lo pillo. –Sabe lo que ella piensa. La conoce más que nadie y es consciente de que no estaría bien después de todo lo que ha sacrificado Stefan.

– La chica de mi hermano y eso… – responde, resignado.

Damon abandona el porche que tantas escenas amargas e intensas nos ha brindado entre ambos, como la del falso beso con Katherine en el 1×22 “Founders Day”, o la despedida en el 2×03 “Bad Moon Rising” donde le dijo que la había perdido para siempre. Un porche que es testigo de cómo esta vez, Damon se para sin pensar y decide arriesgarse a hacer algo que lleva deseando desde que la vio por primera vez.

- No. No… ¿sabes qué? Si me voy a sentir culpable por algo, me voy a sentir culpable por esto.

Avanza hacia ella con decisión y la besa tiernamente en los labios. Elena intenta frenarlo, cogiéndole las manos como ya había hecho otras veces (recordad el final del 2×01 “The Return”), pero esta vez es inútil. Se ha quedado sin fuerzas al haber perdido la batalla contra sus sentimientos hacia Damon, y esto le provoca quedarse de piedra y sin poder reaccionar lo más mínimo. Sus ojos cerrados muestran un consentimiento involuntario a pesar de la sorpresa, y es Damon quien decide apartarse de su boca, con un simple pero efectivo “buenas noches”, que la deja con las ganas y completamente indefensa ante la peligrosa espiral a la que se tiene que enfrentar.


Damon ha besado a Elena y por primera vez en toda la serie, ésta no le ha rechazado. Además, a juzgar por su expresión, hubiese continuado si el vampiro no hubiera frenado. Es un gran paso para su evolución. Aunque esto no significa que nos vayan a poner las cosas fáciles. Ya sabemos todos que la relación entre ambos es complicada, y mucho más después de saber que Stefan se ha vuelto a sacrificar por su hermano. Elena estará hecha un lío, y ese beso le habrá avivado aún más la llama que por todos los medios ha estado intentando apagar. Pero la culpabilidad que van a sentir no va a hacer más que provocar que la tensión se ponga cada vez más interesante en el triángulo, ¿no creéis? Espero ver la reacción de Stefan cuando se entere. ¿Seguirá impasible o cabe la posibilidad de que no haya apagado completamente el interruptor de la humanidad?. ¿Y Damon y Elena? ¿Cómo reaccionarán cuando se vean al día siguiente? ¿Estarán incómodos? Lo que no dudo es que se han quedado con las ganas de repetir, pero tendremos que esperar para verlo.

3×11 (Our Town). Este capítulo cierra por fin lo que se denomina “el ciclo Stelena” en todos los sentidos y de una forma muy metafórica. La relación/interacción de Elena y Stefan empezó cuando éste la rescató el verano pasado de un accidente en el cual el coche de sus padres cayó al agua desde el puente de Mystic Falls. Elena iba con ellos, y habría muerto ahogada si Stefan no hubiese estado por los alrededores. El puente digamos que fue el inicio de la historia de amor, y es el mismo puente el que la sella.

Hemos sufrido diferentes rupturas de ellos a lo largo de las temporadas, pero ésta ha sido la más efectiva, pues Stefan ha utilizado a Elena de tal forma que nunca va a olvidar. El problema es que Stefan ya no está manipulado para que no sienta. Ha apagado voluntariamente su humanidad con todas las consecuencias que ello conlleva y se ha cegado en hacerle la vida imposible a Klaus, porque ya no le queda nada. “¡Me tenías a mí!” le grita Elena entre sollozos, pero él sabe más que nadie que eso no es del todo cierto. La perdió el día que abandonó el pueblo, aunque ésta se niegue a admitirlo.

Stefan ya era consciente desde hace mucho que la amistad de Elena y Damon iba más allá del mero compañerismo. Y sabía perfectamente que, al entregarse a Klaus para salvar a su hermano, estos sentimientos iban a crecer de forma irremediable por mucho que Elena luchara contra ellos. Cuando perdió su humanidad mediante la compulsión de Klaus fue testigo de cómo se entendían, de los momentos que compartieron juntos, de los celos de Elena cuando Damon coqueteaba con Rebekah… Stefan intentó luchar contra todo aquello desde la primera temporada, porque sabía que tarde o temprano sucedería. El hecho de haberse marchado de Mystic Falls ha acelerado los acontecimientos, y ahora ha optado darse por vencido antes de empezar a luchar. Pero las cosas no son fáciles en este triángulo amoroso, y Damon, al sentirse culpable por lo sucedido, optó por recuperar a Stefan para estar en igualdad de condiciones ante él. Lo que no había previsto es que éste apagara voluntariamente el interruptor de la humanidad, pues ya no es la influencia de Klaus la que le persigue, sino su propia culpabilidad y martirismo los que le han llevado a actuar de esta manera. Está intentando salirse del triángulo por todos los medios, pero sorprendentemente son Elena y Damon los que no se lo están poniendo fácil.

Stefan y Elena terminaron donde empezaron: en el puente donde la antigua Elena debió haber muerto y la nueva renació de sus cenizas. Esta nueva Elena es la que debe mirar hacia delante y dejar de seguir negando sus sentimientos hacia el hermano de su ex-novio.

Respecto a Elena y Damon, el capítulo nos muestra de una forma divertida las reacciones de ambos el día después del beso. Damon está eufórico, duchándose felizmente por haber besado a la chica a la que ama. Elena por el contrario, parece muy enfadada y descarga su enojo pegándole puñetazos a un saco de boxeo. Alaric está muy extrañado con su comportamiento, pero ella se excusa diciéndole que no ha dormido nada en toda la noche (no me extraña… con semejante beso…). Cuando Alaric introduce la palabra “Damon” en la conversación, ésta se pone muy nerviosa y le pregunta si sabe algo de él, a lo que Ric responde que no, y le pregunta por qué. “No… por nada” responde ella. Está furiosa por haber cedido a sus sentimientos después de haberse preocupado tanto en ocultarlos. Su auto-engaño se está debilitando por momentos, y se culpa por ello ya que no es correcto amar a Damon después de todo lo que ha sacrificado Stefan por su hermano.

Por fin regresamos al porche donde Elena y Damon se besaron en el anterior capítulo. Inevitablemente surge la incómoda conversación:

- Gracias por recogerme. – le dice Elena.

- Cuando quieras. – responde Damon. Se acerca a ella. – ¿Vas a estar bien?

- Sobreviviré. De algún modo siempre lo hago.

- Stefan nos ha ganado este asalto hoy. Llevó a Klaus al límite. Klaus parpadeó.

Elena parece contrariada con el comentario de Damon.

- Pues sus métodos apestan. – responde finalmente.

- Aun así lo necesitábamos. Klaus ha estado al mando y Stefan le ganó en su propio juego. Fue el mejor villano.

- No suenes tan impresionado.

- Bueno. No puedo evitar sentirme un poco orgulloso. En serio… ¿vas a estar bien? – le dice Damon cogiéndola por la barbilla. En estos momentos Elena se está perdiendo en sus ojos. Todo el amor que lleva escondido dentro habría explotado por los aires si no siguiese en estado de negación.

- No puedes besarme otra vez. – le dice con los ojos medio-llorosos.

- Lo sé. – responde él.

- No puedo… no está bien.

Damon la mira con firmeza.

- Lo está. Solo que no es el momento. Buenas noches.

- Buenas noches Damon.

El vampiro abandona el porche mientras contempla cómo se aleja desde la puerta. Elena debe meditar sobre muchas cosas, y una de ellas es recapacitar hasta qué punto no es correcto lo que pueda llegar a suceder entre ellos. ¿Acaso está mal enamorarse? Ninguno de ellos lo buscó, pero inevitablemente surgió. ¿Qué se puede hacer cuando tus sentimientos te traicionan de esta manera? Esperemos que Elena lo descubra pronto.

3×12 (The Ties That Bind). Parece ser que las cosas entre Damon y Elena vuelven más o menos a la normalidad. Él con sus comentarios sarcásticos y ella con sus miradas “te-quiero-te-odio” que no hacen más que confirmar el colgamiento que lleva encima a pesar de su estado de negación. Una clara prueba de ello es la escenita que nos brinda la pareja nada más y nada menos que delante de Bonnie. “¿Por qué? ¿Quieres que me pase el rato en la parte de atrás contigo?” bromea el vampiro ante la negativa de Elena a que éste las acompañe durante el viaje. La bruja detecta enseguida que algo ha ocurrido entre ambos, así que ni corto ni perezoso, Damon confirma su sospecha con un “Nos besamos. Ahora es raro” y marchándose de la casa para que sea Elena la que se coma el marrón con su amiga. A estas alturas absolutamente todo Mystic Falls se habrá dado cuenta de lo evidente excepto ella. ¡Pero paciencia! Una de las gracias de esta relación es no estar nunca seguro de lo que puede suceder. De esta forma cualquier sorpresa en bienvenida. Y sí… tal y como afirmó la productora ejecutiva de la serie (Julie Plec) en su twitter, esta relación es ÉPICA.

Evidentemente Bonnie no ha podido resistirse a preguntarle a su amiga acerca del beso. Elena prefiere no hablar de ello, pero después de la mirada insistente de la bruja decide contarle que la besó, pero no va a volver a suceder de nuevo. El rostro de Bonnie indica que no se ha creído ninguna palabra (ni nosotros, ¿verdad?) , así que le pregunta si por lo menos estuvo bien. “No importa” responde Elena, cosa que Bonnie interpreta (acertadamente) como que el beso estuvo más que bien. El silencio y la sonrisa tímida la delata, así que volvemos a dar un paso hacia adelante. A Elena le gustó el beso, y es este beso el que la va a hacer dudar cuando Stefan intente recuperarla de nuevo.

Llegó el momento en el que Stefan se da cuenta (por fin) de lo que ha cambiado Elena durante su ausencia. Ya nada tiene que ver con aquella chica que conoció en la primera temporada. Ahora es más fuerte, más dura y capaz de tomar decisiones drásticas sin miedo a los daños colaterales al más puro estilo Damon. Ya había comentado en anteriores capítulos que este cambio había desembocado en un acercamiento por parte de ambos, ya que a medida que Elena se endurece, Damon se va humanizando. A esto lo llamamos equilibrio perfecto, y precisamente es de equilibrio lo que carece la relación de Elena y Stefan en la actualidad.

“Hay algo que tengo que decirte y no es porque me sienta culpable de que haya ocurrido, solo es que me siento culpable de que no lo sepas. He besado a Damon” . Esta es la confesión de Elena ante un Stefan trastornado al escucharlo. Si nos fijamos bien, Elena no dice en ningún momento “Damon me ha besado”, siendo realmente lo que sucedió. ¿Acaso es posible que se refiriese a la tierna escena que nos brindaron en el 2×22 “As I Lay Dying”? Por suerte Julie Plec (productora ejecutiva de la serie) nos aclaró que se refería a la escena del 3×10 “The New Deal”, y que en cierto modo Elena se estaba inculpando a sí misma para tomar su parte de responsabilidad en el asunto.

El menor de los Salvatore lo tiene claro. Ninguno de ellos merece a Elena. Y es curioso, pues cuando Damon le confesó su amor en el 2×08 “Rose”, decidió renunciar a ella porque pensaba que su hermano se la merecía más que él aun conociendo su oscuro pasado de destripador. ¿Por qué Stefan piensa lo contrario sabiendo lo que ha cambiado Damon por ella y siendo consciente de que se ha convertido en la persona que más feliz la hace en estos momentos? ¿No os hace pensar que este acto convierte a Damon en más merecedor de su amor que su hermano? Surgió, sin más, y como dice Elena, no estaba planeado. La sorpresa de Stefan no es que Damon haya intentado besarla (es más, no le sorprendería lo más mínimo dado el turbio pasado con Katherine). Su decepción viene dada por el hecho de que Elena haya sucumbido a estos sentimientos tan prohibidos, los cuales ha intentado combatir a toda costa para no poner en peligro el equilibrio del triángulo.

Cuando Damon y Stefan se encuentran cara a cara, éste último no puede evitar pegarle una tremenda bofetada. Pero Damon lo tiene claro: si existe algo de lo que sentirse culpable, besar a Elena habrá sido la mejor de las culpabilidades. El beso, ese gran desencadenante para que Stefan empiece a pensar en recuperar el tiempo perdido… ¿Realmente cree que Elena no se lo merece o se tendrá que comer sus palabras porque volverá a luchar por ella? Me apuesto lo último, así que esperemos que Damon esté en buena forma y dispuesto a hacerle frente cuando llegue el momento. Hasta entonces… seguiremos disfrutando de este maravilloso triángulo en el que nada es fácil, y esto lo hace todavía mucho más interesante, si cabe.


3×13 (Bringing Out The Dead). Este capítulo, a pesar de no haber compartido escenas juntos, hemos sido testigos de pequeños detalles que nos llevan a pensar que por ahora, el hermano en que más confía Elena es en Damon:

  • ¿A quién llama Elena por teléfono cuando la Sheriff va a visitarles porque las huellas de las armas homicidas son las suyas? A Damon
  • ¿A quién acude Elena cuando Alaric es atacado por la espalda? A Damon.
  • ¿De quién sospecha Elena cuando los miembros del consejo empiezan a ser atacados? De Stefan.
Todos estos detalles nos llevan a la conclusión de que actualmente Damon es el principal pilar de Elena, y Stefan se está dando cuenta de ello.  La escena en la que Elijah pregunta por Elena, y Stefan responde “pregúntale a Damon” demuestra el rencor que le guarda por lo sucedido, y el rostro de Damon se transforma cuando Klaus cuestiona si Elena va a estar segura con ellos. “Cada uno de vosotros cree que puede protegerla, y eso es simplemente un error. Lo peor para Elena Gilbert sois vosotros dos”. Damon es consciente que en parte tiene razón, pero él y Stefan se niegan a darle una vida que, por muy humana que parezca, siempre va a tener que estar a disposición de Klaus cuando éste necesite su sangre para la creación de híbridos.

Y por último, la desgarradora escena de los Salvatore. Stefan reconoce que su hermano podría haberle dejado morir a merced de Klaus y haber tenido a Elena para él solo. Justamente, en ese mismo momento, Damon recibe una llamada de ella, que silencia para poder continuar con la conversación. Este detalle nos hace pensar que Elena no puede vivir sin él… ya no. Lo necesita, es el primero a quien recurre, confía plenamente en él… Con todos estos detalles ¿Quién puede dudar todavía que estén hechos el uno para el otro?

“La quiero” dice Stefan de una forma en la que espera una reacción por parte de su hermano. Pero Damon también la quiere, y esta vez, en lugar de retirarse, también piensa luchar por ella, pues ya no considera que Stefan se la merezca más que él. Las barbaridades y fechorías de los últimos tiempos lo han rebajado hasta las suelas de los zapatos.

3×14 (Dangerous Liaisons). El triángulo amoroso vuelve a estar presente y además de forma bastante explícita. Ha sido un capítulo muy controvertido en el que se podría llegar a pensar que Damon y Elena han dado un paso atrás. Desde mi punto de vista opino lo contrario, tal y como os voy a detallar con mis comentarios.

Damon y Elena se besaron hace cuatro capítulos, y Caroline se ha enterado a través de Bonnie. La vampiresa le reprocha el secretismo que ha mantenido con ella, pero es completamente comprensible porque Elena aún no está preparada para enfrentarse a lo que siente por Damon (y Bonnie nunca se hubiese enterado si Damon no lo hubiera soltado). Por lo tanto es justificable su comportamiento pues en el fondo se sigue avergonzando por querer tanto al hermano malo.

Ya en la fiesta de los Mikaelson (Originales, para entendernos), cuando Elena entra por la puerta de la mansión, Damon no puede parar de contamplarla sorprendido por lo preciosa que está. No hay palabras para describir su mirada, que refleja claramente el inmenso amor que siente hacia ella. La gran canción que acompaña la escena, “Devotion”, aumenta de volumen para intensificar el momento (“Devoción, sálvame ahora. No quiero alejarme del camino correcto. Rechazaré la tentación. Estoy pidiéndote que me lleves a la seguridad esta vez”), y no es casualidad que el volumen vuelva a disminuir cuando aparece Stefan en frente de ella. Ambos hermanos se muestran contrariados porque la seguridad de Elena peligra en esa fiesta, pero ésta, haciendo caso omiso de sus advertencias, extiende los dos brazos y permite que ambos la acompañen durante la velada.


¡Y llegó la hora del baile! Damon, después de reñir a Elena por haberse presentado en la fiesta, le pide ser su pareja, y ésta acepta. El vampiro no puede evitar decirle que está preciosa. Elena agradece el piropo, pero su comportamiento con él es algo extraño.  Parece algo más distante que de costumbre, y es normal debido a que en el fondo, se siente culpable por haberle besado. Aquel beso ha sido el principio de sus constantes dudas, y es ese beso el que le ha provocado el distanciamiento. Pero no nos equivoquemos. Elena está teniendo una batalla interna que le va a hacer necesitar un respiro, pues le aterra reconocer lo que no ha podido evitar a pesar de todos sus esfuerzos durante todo este tiempo: enamorarse de Damon.

Después del baile, Elena intenta aliarse con Stefan para llegar a Esther sabiendo que Damon no la dejaría someterse a tal peligro por mucho que se lo suplicase. El mayor de los Salvatore tiene las cosas demasiado claras como para convencerle, y poner en evidencia su seguridad es un riesgo que no está dispuesto a correr. Es curioso que Stefan, sabiendo que también la ama, no le importa acceder a sus peticiones, y debido a esto, Elena se acaba saliendo con la suya (aunque eso le cueste un noqueo a Damon por parte de su hermano).

La conversación entre Stefan y Damon nos demuestra una vez más el cambio de roles de los dos personajes. Stefan le recrimina por preocuparse demasiado, y quién lo diría dado que precisamente es la humanidad lo que Elena y Stefan han estado siempre buscando de él. Su preocupación por la mujer a la que ama se vuelve en su contra, y esto provoca que lo hayan excluido de los planes.

Ahora es Elena la que recrimina a Damon por preocuparse demasiado. El vampiro está tremendamente enfadado con ella. “Lo siento por mantenerte viva” le responde irónicamente, y deja constar que a Stefan no le importa nada más que derrotar a Klaus. “¿Estás enfadado conmigo por incluir a Stefan?” pregunta ella, enojada. “¡Estoy enfadado contigo porque te quiero!” le responde.

Elena baja la mirada. No es el momento para que Damon le vuelva a recordar lo que la quiere después de todo lo que está luchando para apagar lo que siente por él. Pero Damon es impulsivo, y no puede evitar ser sincero, sin pensar en nada más. Elena lo contempla, incómoda. “Bueno, tal vez ese es el problema” le contesta de una forma también impulsiva, sin pensar en lo que esas palabras le pueden llegar a dañar. La mirada de Damon expresa dolor, decepción, y ella, al darse cuenta, intenta enmendarlo. Pero ya es demasiado tarde. “Lo pillo Elena. Me importa demasiado. Soy un incordio”.

La situación es muy irónica porque precisamente Elena siempre se ha quejado de lo contrario, y ahora que se preocupa demasiado por los suyos se le vuelven a reprochar sus actos. ¿Para qué ha servido entonces todo este cambio? ¿Merece la pena mantener el interruptor de la humanidad encendido cuando lo ha hecho todo por amor hacia Elena? ¿Acaso el vampiro sádico y sanguinario era mejor que el protector y sentimental que nos ha brindado esta temporada? Por lo menos antes sufría mucho menos.

Finalmente Damon acaba (como siempre) ahogando sus penas en el alcohol, y esta vez en compañía de Rebekah, quien se encuentra en el grill después de haber tenido un desplante con Matt. Ambos brindan con chupitos, y después de todo lo sucedido ¿Qué mejor modo de consolarse juntos que pasar la noche a base de sexo duro? Los dos lo tienen claro y disfrutan el momento mientras espero ansiosamente al próximo capítulo para conocer la reacción de Elena. De lo que sí que estoy segura es que, si al final se acaba enterando, no le va a dejar indiferente.


Tal y como he dicho al principio, muchos estaréis pensando que la relación de Damon y Elena ha dado un paso atrás, pero no es cierto. El vampiro tiene las cosas bastante claras, y Elena, por desgracia, todavía no ha llegado a su nivel. La escena que comparte con Stefan en el porche denota que aún le quiere y le importa, pero eso no le impide querer también a Damon. Se está aferrando al pasado porque aún tiene esperanzas de recuperar su humanidad. Y por mucho que Stefan regrese del abismo, Elena ya no es aquella joven que se enamoró de él, por lo que nunca volvería a ser lo mismo después del punto tan íntimo al que ha llegado con Damon. Y no nos engañemos. Se sigue odiando por quererlos a ambos, tal y como hizo Katherine en su día. Debido a esto, inconscientemente intenta herir a Damon por muchos motivos: porque es el tercero en discordia, porque ella no debería tener esos sentimientos hacia él, porque siempre fue Stefan… se está creando una barrera de auto-defensa con unos pensamientos que intenta creerse pero que no son ciertos. La relación de Damon y Elena es así de complicada, y esto también es una parte de su encanto, ¿no creéis? :)

3×15 (All My Children). A medida que nuestra protagonista tiene cada vez más líos en su cabeza, los hermanos Salvatore hacen lo posible para alejarse al no considerarse dignos de su amor. Todo este cúmulo de sentimientos y reacciones de ella han provocado que Damon se plantee retirarse de la batalla, pues cree que no pinta nada en el triángulo. Simplemente piensa que fue su distracción hasta que Stefan regresó del lado oscuro. Pero… ¿es cierto que ha sido una simple distracción cuando hemos sido testigos del rostro desencajado de Elena al verle con Rebekah? ¿Cómo puede no importarle cuando se ha pasado todo el capítulo hablando con sus amigas, con Alaric e incluso con la propia Rebekah de su affair con ella, tachándola incluso de “torturarla” debido a este suceso? Puede que Damon tenga las cosas claras y decida renunciar a ella ¿Pero qué ocurre con Elena? Sus palabras parece que se contradicen a sus reacciones, pues intenta auto-convencerse de que es más fácil de este modo, a pesar de que sus actos demuestren lo contrario. Empecemos por el principio del capítulo.

Elena se despierta pensativa, como si no hubiese podido dormir en toda la noche debido a los sucesos del episodio anterior. La llamada a Stefan con mensaje en el contestador “tengo que hablar contigo. Llámame. Es importante” nos hace pensar que posiblemente haya estado pensando en él durante toda la noche. Pero esta teoría se disipa cuando posteriormente llama a Damon y le confiesa que le estuvo llamando por lo menos 10 veces. Si todos creíamos que al primero que llamaría era a Stefan, nos hemos equivocado rotundamente, ya que como es de costumbre en esta temporada, al primero al que siempre acude es a Damon. No ha podido dormir porque ha estado preocupada por él y por haber traicionado a Elijah. La conversación entre ambos es fría después de lo sucedido. “Si estás enfadado conmigo debes superarlo” afirma Elena enojada. “Lo he superado” le contesta éste, sin más, después de haber tenido una noche desenfrenada con Rebekah.



Lo mejor de la escena viene cuando Damon y Rebekah se levantan y al abrir la puerta se encuentran con Elena, que estaba a punto de llamar al timbre. Su cara se transforma y la de Rebekah es de puro deleite, ya que su intención en el capítulo pasado había sido la de fastidiarla. ¿Y qué mejor venganza que la de acostarse con Damon? ¡Vamos! Que hasta la vampiresa es consciente de lo que siente Elena por él ¿Sino de qué esa cara de “te he ganado”? Tal y como vaticiné hace tiempo, todo Mystic Falls va a acabar sabiendo lo que se cuece excepto ella. Y para colmo Elena se piensa que Damon ha sido manipulado. “¿Así es como va a ser ahora? ¿Yo hiero tus sentimientos y así es como arremetes contra mí?” le pregunta indignada. Por suerte Damon le cierra la boca contestándole que por una vez, algo que ha hecho no ha tenido nada que ver con ella. El mayor de los Salvatore está harto y cansado de que todo lo que ha sacrificado hasta ahora ha sido por Elena, y cree que ya va siendo hora de pasar página y hacerle saber que el mundo no gira a su alrededor. Otro gran detalle es observar cómo empuja a Damon con toda su rabia al abandonar la casa y ni se percata de la presencia de Stefan.

¿Necesitáis más motivos para saber si a Elena le ha afectado el affair de Damon? De nuevo nos brindan otra escena donde les cuenta a Caroline y Bonnie que Damon se estaba regodeando en su cara como si fuese una victoria para él el hecho de haberse acostado con Rebekah. Parece ser que a la Gilbert se le olvida mencionar el hecho de que Stefan está recuperando su humanidad y de que no se ha rendido todavía con él. No mencionemos también el hecho de Alaric es también conocedor de la noticia a través de ella. Para “no quererle” no está mal, ¿no creéis?

Hablando de importancia: Elena le reprocha a Rebekah el haber tenido la aventura con Damon. “Por eso te acostaste con Damon, ¿verdad? Por eso me estás atormentando”. Esta frase resume lo que Elena siente realmente, y lo más curioso es que se lo ha acabado confesando a la vampiresa original, su peor enemiga (por cierto… me encanta Rebekah. En este capítulo ha estado espectacular).


Otra parte interesante es cuando Damon y Stefan se unen para enfrentarse a Elena. Esto provoca que ambos reflexionen sobre sus sentimientos y Damon, después del suceso con Rebekah, le comente a su hermano que ahora puede hacer que caiga rendida a sus pies, pero Stefan se mantiene en sus trece de que está mejor sin ellos dos.

Por si cabe duda de que a Damon le importa realmente que Stefan recupere la humanidad, decide volver a ser el malo de la película ante los ojos de Elena. Es él quien acaba convirtiendo a la madre de Bonnie en vampiro, asumiendo las consecuencias de sus actos y sabiendo que a partir de ahora va a volver a ser odiado. Una vez más el vampiro no mentía cuando en el 2×18 “The Last Dance” admitió ante Elena que con mucho gusto dejaría morir a Bonnie porque siempre la elegiría a ella. Ya fue advertida de que algo podría suceder para evitar su muerte, y esta vez le ha tocado el turno a Abby. “Solo tiene que odiar a uno de nosotros” y es Damon quien elige su destino en pro de la humanidad de su hermano, quien dejó de tomar sangre humana a partir del incidente del puente de Wickery. “Perdí con la moneda, Damon. Debería haber sido yo quien convirtiese a Abby. ¿Por qué lo has hecho?” pregunta Stefan sorprendido. “Porque no estoy ciego. Veo lo que está pasando aquí.” responde él. Sabe perfectamente que su hermano está luchando por volver a ser el que era, y piensa ayudarle a conseguirlo, pues se lo debe, ya que renunció a Elena para salvarlo de la mordedura de hombre lobo. Es ahora Damon quien está ayudándole a recuperar la humanidad en contra de lo que siente por ella. “Tú tampoco estás engañando a nadie. Todavía la quieres, Damon”, reconoce Stefan. “La quiero. Pensé que podía quitártela, pero ella no me quiere. Es lo mejor. Soy mejor siendo el chico malo, de todas formas” responde Damon. Pero… ¿realmente cree que Elena no le quiere o busca apartarse de ella al percatarse de que su hermano está intentando salir del abismo? Habiendo sido testigo de los celos de la joven y de todo lo sucedido entre ellos durante esta temporada me extraña mucho la primera afirmación. ¿Se trata entonces de anteponer a su hermano sobre todas las cosas, tal y como hizo Stefan con él? Ya veremos lo que opina Elena al respecto, pues acabará pronunciándose tarde o temprano. Como siempre, las cosas se vuelven a complicar en el triángulo, y mucho más ahora que Damon se va a alejar de Elena. Pero… ¿lo permitirá ella? ¿Qué ocurrirá ahora que el vampiro no va a beber de su mano? ¿Cuánto va a poder soportar Elena sin estar a su lado?

3×16 (1912). “La esperanza es lo último que se pierde”. Esta es la GRAN frase que debería definir a todo buen “Delena” que se precie. A lo largo de la temporada hemos visto cómo Damon y Elena han interactuado, cómo han bromeado, de qué forma se han protegido de las adversidades, cómo a pesar de todas los obstáculos y odios, han acabado confiando y teniéndose el uno al otro. Esto ha provocado que inevitablemente hayan surgido sentimientos realmente profundos en Elena, los cuales cree que son erróneos y en consecuencia, se los niega cada dos por tres. ¿Pero qué ocurre cuándo Damon ha tirado la toalla? ¿Va a provocar que se alejen todavía más o va a conseguir que Elena se dé cuenta de lo que ha perdido? En este capítulo hemos ido por buen camino a pesar de que después de lo de Abby, Elena sigue enfadada con él. ¿Pero hasta cuándo? ¿Cuántas veces va a intentar Damon provocar odio en Elena por el bien de su hermano?

La primera escena de ambos transcurre el día después de lo sucedido con Abby. Elena se siente culpable porque Damon ha convertido a la madre de Bonnie para salvarla a ella. Esta culpabilidad viene originada por saber que, pase lo que pase, Damon siempre la va a elegir a ella por encima de todo. Puede odiar al mayor de los Salvatore hasta la saciedad, pero en el fondo, lo único que se demuestra es que ella es la primera, siempre y para siempre. Pero el vampiro cree que no es correspondido, y el hecho de ir tras ella también implica que su hermano se aleje de su humanidad. Por lo tanto ha decidido apartarse intentando provocar su aversión (como ha sucedido en numerosas ocasiones) por el bien del triángulo.

La conversación que mantienen ambos en la comisaría es completamente hiriente. Damon bromea sarcásticamente sobre la reciente desgracia de Bonnie mientras Elena le recalca que si sigue manteniendo esa actitud, acabará completamente solo. “Me odias. La Tierra ha vuelto a su eje” le responde él. Esta afirmación es completamente cierta porque a pesar de lo que se quieren, siempre acaban peleados, y por mucho que Elena intenta odiarlo, no logra quitárselo de la cabeza.

Después de que Elena y Matt fuesen testigos de cómo Damon y Stefan atacaban a una mujer, acaban en casa de los Gilbert donde mantienen una interesante conversación acerca de sus sentimientos por los dos hermanos. Matt no entiende lo suyo con ellos y por primera vez en toda la serie, vemos a una Elena intentando sincerarse con un amigo. Ni siquiera Caroline en el 3×04 (Disturbing Behavior) logró sacarle más allá del “¡No puedo Caroline! Si lo admitiera… si incluso lo pensara solo por un segundo… ¿qué diría eso de mí?” Ahí empezamos a notar que Elena sería algún día capaz de admitir que podría llegar a sentir por el mayor de los Salvatore cosas más profundas que la simple fraternidad, pero que negó después del beso ocurrido en el 3×10 (The New Deal) ante la misma Caroline cuatro capítulos después.

En este episodio Elena define el porqué de haber amado a Stefan siendo un vampiro: “Al principio, después de que mis padres murieran, había algo sobre estar con Stefan que hacía que me sintiera segura. Es como si supiera que nunca dejaría de quererme. Que nunca moriría”. Elena quiso a Stefan, desde luego. Sabía que siempre iba a estar ahí para ella, para quererla siempre porque es eterno. Y nunca la abandonaría como sus padres hicieron. Pero… ¿lo sigue queriendo igual que antes?

“¿Y Damon?” es la pregunta inevitable de Matt. Elena parece mirar al infinito para buscar una respuesta adecuada, ya que todavía no es consciente de lo que está sucediendo en su corazón. “Damon vino de repente a mí. Se ha metido bajo mi piel y no importa lo que haga. No puedo quitármelo de la cabeza”.

Matt, después de haber escuchando la confesión de Elena, intenta aclararle las ideas con la siguiente afirmación: “Cuando te enamoras de alguien no sé si puedes quitártelo de la cabeza”. Elena lo mira como si las palabras de su amigo fuesen más sabias y reales que todos sus miedos y negaciones sentidos hasta la fecha. La música, correctamente acorde con la escena, se intensifica a través de su mirada perdida, enfocada al infinito, y que posteriormente baja al pensar para sus adentros que quizás no se puede quitar a Damon de la cabeza porque realmente está enamorada de él.

Pero… ¿qué va a ocurrir ahora? Damon va a hacer todo lo posible para que Elena le odie y así entregársela a su hermano. Pero… ¿Hasta cuándo podrá aguantar en este plan si acaba dándose cuenta de lo que siente Elena por él? La relación vuelve a complicarse… ¡Y lo que vamos a disfrutar con ello!

3×17 (Break On Through). Poco podemos decir acerca de este capítulo en el que Damon y Elena han compartido escena durante un minuto. Damon, sumido en ayudar a su hermano, parece no importarle lo que ella piense, pues sabe que en el fondo sus métodos acaban resultando los más efectivos. Una vez más le hace ver que supere ya el tema de juzgarles por alimentarse de seres humanos, puesto que son vampiros y no cachorritos. Las miradas de odio que le profesa no se las cree nadie a estas alturas (pues si le pasó por alto lo de Jeremy no existe cosa en este mundo que no le pueda perdonar). Damon empieza a hacer comentarios sarcásticos sobre lo que le ocurre a Alaric, pero el enfado de Elena viene dado, sobre todo, por el hecho de haber obligado a Stefan a alimentarse de sangre humana. El vampiro se defiende y le suelta unas cuantas frases muy dignas de mención, pero me quedo con la contestación a Elena al recordarle que fue capaz de controlarse cuando bebía su sangre: “Ah sí. Cuando estabais enamorados y todo eran arcoiris y unicornios”. Esta frase define lo que ha sido la relación de Stefan y Elena desde el principio de la serie, y Damon se burla de este concepto, pues me imagino que su significado de pareja dista mucho de la de su hermano.

Cuando Elena le discute que quizás no es la persona más adecuada para enseñarle a Stefan autocontrol, se tiene que comer sus palabras al final del capítulo porque gracias a Damon, ha conseguido no sucumbir a la tentación al verse rodeado de la sangre de Meredith. ¡Qué razón  tenía Elena cuando le dijo en el 3×08 “Ordinary People” que solo él podría ayudar a su hermano a rescatarlo del abismo!. No se había equivocado en absoluto al ver los buenos resultados del experimento, aunque no sea partidaria de los medios empleados. Así que de momento Stefan sigue luchando por volver a ser quien era. Elena, por otro lado, está esperanzada en su recuperación, pues todos sabemos que nunca se rinde con la gente a la que quiere. Pero… ¿es ese amor suficiente para que vuelvan a tener algo en el futuro o ya podemos hablar en pasado tal y como le ha dejado caer Damon con la frase “cuando ESTABAIS enamorados”?

3×18 (The Murder Of One). Damon, en su afán de alejarse de Elena, se presta voluntario a echarla literalmente del apartamento de Alaric ya que están creando las armas que destruirán a Klaus de una vez por todas. Elena se cree que esconde algo, pero éste le suelta que está siendo paranoica y “controladora compulsiva”. ¿Será esto una especie de venganza por lo que le dijo ella en el 3×14 (Dangerous Liaisons) sobre que era demasiado sobreprotector? El enojo de Elena se lo toma a broma y no para de hacerle comentarios sarcásticos acerca del desayuno que ha traído, recordándole ella que no es para él. “Bien. Sigue convenciéndote a ti misma de que sigues enfadada conmigo” le responde. Está claro que Elena intenta esforzarse en odiarle con todas sus fuerzas, porque esa es la vía fácil para matar de raíz todo lo que siente. Pero tal y como le comentó a Matt en el 3×16 (1912), no importa lo que ocurra: no se lo puede quitar de la cabeza de ningún modo.


Damon ha sido secuestrado por Rebekah, y Elena le pide a Stefan que acudan a rescatarle antes de iniciar el plan contra los Originales. Pero Stefan no está por la labor ya que eso no es lo que su hermano querría. Elena intenta convencerle de que Damon lo hubiese estropeado todo con tal de salvarlo (y es cierto. Damon puede usar a cualquier persona con tal de conseguir sus fines, pero si realmente quiere a esa persona, lo daría todo por ella). Se nota un cierto sarcasmo en la voz de Stefan cuando le dice “entiendo que te preocupes por la vida de mi hermano”, pues después de todo lo que ha sucedido y las escenas que ha presenciado, está seguro de que algo se cuece en el ambiente. Lo que ocurre es que el mayor de los Salvatore no lo tiene tan claro, y por eso hace lo posible para que ella lo odie, Stefan se recupere y todo vuelva a la normalidad.


Si alguien tenía alguna duda (espero que nadie) de que Damon se estaba olvidando de Elena, una cosa es lo que se intenta y otra cosa bien diferente es lo que sucede en realidad. Rebekah es testigo de cómo Damon imagina su rescate: Elena acude a él y le suelta las cadenas. El vampiro se encuentra muy débil y le pide que le deje morir en la casa para salvarse ella, pero ésta se resiste y le ofrece su sangre para fortalecerle. Le muerde la muñeca y la mira dulcemente mientras sus ojos se inyectan en sangre. El rostro de Elena muestra dolor ante la mordida, pero ambos no paran de mirarse a lo largo de toda la escena. La mirada de Elena se ilumina mientras Damon se deja caer lentamente sobre ella debido a su debilidad, hasta tal punto que parece que se vayan a besar. Pero el agradable sueño de Damon se ve interrumpido por Rebekah que ilusamente había llegado a pensar que podía tener algún tipo de sentimiento hacia ella. Esto es lo bonito de Damon y Elena. Están haciendo grandes esfuerzos para matar el amor que sienten el uno por el otro, pero es imposible. Cuando te enamoras de alguien no te lo puedes quitar de la cabeza. ¡Qué gran verdad!


Finalmente nos sigue una reveladora escena en la que Stefan le cuenta a Elena que va a dejar de perseguir a Klaus porque no merece sus esfuerzos y todo lo que ha perdido por el camino. Esto y su terapia para combatir la sangre provocan que poco a poco, vuelva a ser el que era: el vampiro del que Elena se enamoró. Stefan le confiesa que la sigue amando y la querrá siempre, y ella le responde que nunca ha dejado de quererle. No dudo en absoluto que antes pensaran que sería por siempre. Pero Stefan ha vivido demasiadas situaciones con ellos como para fiarse de su respuesta, pues en el fondo es consciente de que está intentando borrar lo que siente por su hermano para seguir manteniendo su gran afirmación, ese “siempre será Stefan” que nos desanimó a todos los seguidores Delena. El problema es que a estas alturas se lo ha negado tanto que, tal y como vaticiné, todo Mystic Falls se ha dado cuenta de su amor por Damon excepto ella. Al haber una gran contradicción entre sus acciones y lo que realmente siente, nos ha provocado una tremenda dualidad que nos mantiene a todos completamente en vilo. Evidentemente Damon ha interpretado erróneamente su voluntad y debido a esto se ha alejado del triángulo. Pero los sentimientos están, y no van a poder apagarlos tan fácilmente. Para Elena, seguir con él es la vía más fácil y segura, la políticamente correcta. Y esto lo demuestra cuando Stefan reúne las agallas necesarias para preguntarle lo que siente realmente por Damon (incluso habiéndole confesado de que nunca ha dejado de quererle). El motivo de su pregunta no es otro que no creer completamente en la “declaración” de Elena, pues sabe que está haciendo un tremendo esfuerzo por apagar sus sentimientos por Damon. Y Stefan no se conforma con eso, ya que el “te quiero” hasta la saciedad del 1×22 (Founder’s Day) dista peligrosamente del de ahora. Por lo tanto necesita escucharle decir que no quiere a Damon. La joven responde con un “no sé lo que siento” que lo interpreta como un evidente “Sí”, cosa que va a hacer que el triángulo amoroso se vaya a poner más interesante que nunca a partir de ahora, y mucho más si habéis visto las promos del próximo capítulo el cual esperaremos con ansias.

3×19 (Heart Of Darkness). La tensión está servida en este episodio en el que Elena acompaña a Damon en un viaje a Denver a: primero, rescatar a Jeremy para que contacte con Rose y así descubrir quién la transformó, y segundo: averiguar lo que siente realmente por él. Damon desconoce sus planes, y mucho más desde que decidió retirarse en su lucha por conseguirla después de los acontecimientos de los últimos capítulos, ya que está convencido de que Elena quiere a Stefan. Lo que ocurre es que Elena no lo tiene tan claro, y Stefan tampoco, así que éste la empuja a irse de viaje con él y averiguar lo que está ocurriendo entre ellos.

Ya había dicho en anteriores ocasiones que todo Mystic Falls se iba a dar cuenta excepto Elena de los sentimientos que fluyen por el ambiente. Son emociones que la atormentan, que la castigan, que la alteran porque cree que no son correctas, y una vez más su cabeza se opone a sus impulsos. Pero para Damon, después del duro batacazo tras su declaración en el 3×14 “Dangerous Liaisons“, esta es la primera vez que cree que no hay nada más entre ellos porque su amor por Stefan es imbatible. Es curioso que justo ahora, después de todo por lo que han pasado, Damon tenga esa certeza cuando ha demostrado creerse lo contrario en el 2×01 “The Return” sin tener algo factible a ciencia cierta. “Hay algo entre nosotros y te lo voy a demostrar” le dijo, convencido de que Elena se estaba engañando a sí misma, a Stefan y al resto del universo, obteniendo un claro “siempre querré a Stefan” por parte de Elena cuando la intentó besar.

La historia de Damon y Elena ha sido un largo viaje que ha explotado, irónicamente, en un viaje. El primer “road trip” de ambos (1×11 “Bloodlines”) me confirmó que algo grande iba a suceder en el futuro para esta pareja, sin importarme en absoluto la devoción que sentía Elena por Stefan en la primera temporada. La historia de Elena y Stefan es, en mi opinión, algo que tenía que suceder previamente para ayudar a surgir la verdadera (y complicada) historia de amor de la serie. Este capítulo me ha dado la razón en cuanto al asombroso camino que han recorrido y lo que les queda aún por recorrer. Este capítulo nos debe ayudar a entender que no importa lo alejados que puedan llegar a estar ni las barbaridades que se digan y/o hagan para hacerse daño y así mantenerse alejados el uno del otro. La relación entre ellos nunca va a ser fácil ya que se odian de cabeza, se hieren sin pensarlo pero en el fondo, sus sentimientos acaban saliendo irremediablemente a flote. Es entonces cuando vemos lo que han evolucionado y lo inútil que es engañar al corazón. Elena, paso a paso, se está dando cuenta de que existe una fuerza inevitable que provoca no poder quitarse a Damon de la cabeza. A eso se le llama AMOR, y está embriagada de él hasta el fondo aunque piense que esté cometiendo la acción más terrible del universo. ¿Pero tan malo es enamorarse de Damon? Para Elena sí, desde luego, ya que le ha hecho demasiado daño a ella y a su gente. Esto y el hecho de que se trate del hermano de Stefan, a quien todavía quiere, es lo que la frena a dar el gran paso.

Desconocemos aún desde cuándo Damon empezó a mirar a Elena de otra forma que no fuese debida a su reminiscencia con Katherine y desde cuándo Elena empezó a sentir cosas por él. Esta es, para mí, la gran historia de amor de The Vampire Diaries: un asombroso viaje en el que ambos van a tener que lidiar con sentimientos encontrados, superar muchos obstáculos y enfrentarse a grandes adversidades para poder estar juntos. Incluso Jeremy, víctima de uno de los grandes arrebatos que ha tenido Damon a lo largo de la serie (sí. Romperle el cuello en el 2×01 “The Return” se aleja bastante de la idea de conquistar a Elena), se acaba de dar cuenta de que algo sucede. Todo gracias a la aparición espectral de Rose en la que le detalla que apoya esta relación. Evidentemente Elena se lo niega, como siempre ha hecho, porque su cabeza vuelve a traicionar a sus instintos. Ahora que la situación está más candente que nunca, sigue librando su batalla personal ajena a Damon, quien ha decidido tirar la toalla y servírsela en bandeja a su hermano.

La relación de Damon y Elena es así de complicada y hermosa al mismo tiempo. La joven desconoce lo que siente, pero está claro que algo siente. Esto nos remite a la escena más esperada por los fans de esta pareja: el momento con más tensión sexual y más “hot” de toda la serie. Pero no nos anticipemos a los acontecimientos y vayamos al sucio y destartalado motel que simboliza lo sucia que se siente Elena al verse inmersa con tal tremendo lío en su destartalada cabeza.

Elena se ha acostado en la cama mientras esperan noticias sobre el paradero de la vampiresa que transformó a Rose. Damon sale del baño y sin camisa. Aparentemente se ha tomado una ducha y empieza a mirar a través de las cortinas de la ventana pensando en si Kol les habrá seguido en su huida. Elena no puede evitar observarle mientras éste se toma un sorbo de bourbon en un vaso de plástico. Sabe que ha emprendido este largo viaje para aclarar sus sentimientos y llegar a tomar alguna decisión al respecto. Es consciente de que lo mejor para todos es cortar de raíz sus emociones y llegar a la fácil conclusión de que no existe nada entre ellos. Pero es imposible, pues el vampiro no se lo va a poner nada fácil. Justo en el instante en que Elena lo mira con cara de anhelo, Damon se gira, provocando que se crucen sus miradas. La joven, como una inocente niña que acaba de ser descubierta, procura disimular y cierra los ojos. Pero ya es demasiado tarde. Damon sigue atento a ella hasta que vuelve a abrirlos de nuevo, y esta vez no se esfuerza en cerrarlos. Su mirada es intensa, llena de deseo hacia aquel hombre por el que está luchando para no sentir nada. Su cabeza ha decidido rendirse por unos momentos y Damon, consciente de la situación, se acerca a ella con sigilo para acostarse a su lado y mirarla con dulzura. Elena, decidida a romper el hielo, empieza a hablar y descubrimos lo que se cuece dentro de su cabeza:

Elena: “Nunca me hablaste de eso. Lo que hiciste por Rose”

Damon: “No era de tu incumbencia”

Elena se está dando cuenta de que detrás de ese malvado vampiro se encuentra un buen hombre que hizo lo posible para que la agonía de Rose fuese más llevadera. En el episodio 2×12 “The Descent” Elena estuvo a su lado, abrazándole, y éste nunca le reconoció su preocupación y tristeza ante la dura decisión que tomó al matarla para acabar con su sufrimiento.

Elena: “¿Por qué no dejas que la gente vea lo bueno que hay en ti?”

Damon: “Porque cuando la gente te ve bueno, te esperan bueno. Y no quiero tener que cumplir con las expectativas de cualquiera”


Elena se da cuenta de que Damon es un ser indomable. No necesita ser bueno ante la gente que no le importa, y mucho menos va a cambiar su carácter para no ser odiado. Damon es… Damon (como ella ha definido en anteriores ocasiones). Y ese es SU Damon: un hombre a quien no le importa en absoluto lo que piensen de él, pero que a la hora de la verdad ama a su gente y daría su vida por ellos. Pero Damon es riesgo, una montaña rusa que le puede llegar a dar la mayor de sus satisfacciones o puede ser la peor de sus desdichas. Y ESE es el Damon al que ama. A él. Sin expectativas de que cambie, sin convertirse en un segundo Stefan. Ese es el Damon que la enloquece hasta lo más profundo de su ser y el que le ha cambiado su vida para siempre. Pero su cabeza sigue por otro camino, y ella, repleta de miedos y temores ante lo que está sucediendo, le da la espalda para no tener que mirarle a los ojos. Teme cometer una gran locura sucumbiendo ante sus brazos porque sabe que entonces no va a haber vuelta atrás, y por todo ello decide apartar su mirada. Pero Damon la conoce demasiado. Ha visto en sus ojos la intensa lucha que mantiene entre su cabeza y su corazón, y dejando atrás su promesa de renunciar a ella, decide arriesgarse cogiéndola de la mano. Ahora no tiene nada, y en este momento tan crucial podría tenerlo todo. Elena lo vuelve a mirar, excitada y nerviosa al mismo tiempo al darse cuenta de todo lo que está surgiendo en su interior con un simple roce, gesto o mirada. Y ella, en su incesante batalla contra su corazón, decide levantarse de la cama mientras empieza a sonar la preciosa melodía “Never Let Me Go” de “Florence And The Machine”.

“No hay necesidad de rezar, no necesito hablar. Ahora me estoy hundiendo y se está rompiendo sobre mí. A miles de millas de la superficie. Encontrando el lugar para que mi mente esté en paz. Nunca me dejes ir”

La letra de la canción transmite perfectamente lo que está sintiendo Elena cuando se escapa de su fuerte pasión hacia él, cuando huye de la habitación en busca de un respiro y de mil estúpidas excusas para aferrarse a ellas con tal de negarse una vez más lo que está ocurriendo. Todos sus ideales, convicciones y su eterna devoción por Stefan se han resquebrajado con el mero sentir del roce de su mano y con el intenso cruce de sus miradas. Su mundo se derrumba ante Damon, quien a pesar de su huída, no la deja ir y va tras ella.

Elena: No…

Damon: ¿Por qué no? Elena…



Elena ya no es consciente del porqué, ni del cómo han llegado a esta situación. ¿Realmente está haciendo algo terrible? ¿Tan malo es aceptar el hecho de que no ha podido evitar enamorarse de Damon? Su cabeza ya no puede más. Es inútil luchar contra unos sentimientos tan claros e ineludibles. Así que por fin, después de todo este tiempo negándose lo evidente, se lanza a los brazos del vampiro y lo besa en la boca con toda la pasión contenida que se ha ido cociendo a lo largo de la serie. La secuencia quedará grabada en nuestras retinas para siempre. Desde el deseo de Elena por alcanzar los labios de Damon en medio del pasillo del viejo motel donde el chispear de las luces se convierte en el puro reflejo de lo que ha sido su relación, hasta las ansias del vampiro por tenerla, acorralarla, acariciar su cuerpo entero y hacerla suya de una vez por todas. Cuántas veces habremos vivido los rechazos contínuos por parte de ella y sus frases lapidarias tipo “yo nunca lo haría”. ¡En cuántas ocasiones habremos pensado lo inalcanzable que era Elena para él…! Damon la ha desarmado por completo y al final, cuando cruzan sus miradas, se dan cuenta de que ya no hay marcha atrás. Es imposible evitar lo inevitable.



“Y los brazos del océano me llevan. Y toda esta fe emana de mí. Y las caídas son el paraíso para una pecadora como yo. Los brazos del océano me entregan”

Por fin, después de tres largas temporadas de espera, Elena besa a Damon con ansia y deseo en el pasillo de aquel destartalado motel que todos los fans de esta pareja recordaremos como el momento más intenso y esperado de la serie. No hay duda de lo que hubiera ocurrido después si Jeremy (completamente en contra de esta relación) no les hubiese interrumpido. Pero es mejor así, ya que ambos se han quedado con las ganas, por lo que la tensión va en aumento.

La escena ha sido perfecta. Muy bien elaborada ya que nos ha transmitido las fases por las que ha tenido que pasar Elena hasta sucumbir, por fin, a los brazos de Damon.

Pero las cosas vuelven a complicarse para nuestra pareja favorita. Tras el ataque de Kol, Elena y Damon tienen una oportunidad para hablar de sus sentimientos. Esta vez se vuelve a mostrar esquiva con él, y Damon, cansado de sentirse utilizado, le pregunta directamente.

Damon: ¿Qué estás haciendo?

Elena: ¿A qué te refieres?

Damon: Bueno… yendo a este viaje y besarme. ¿Qué diablos es esto?

Elena: Stefan cree que siento algo por ti.

Damon: ¿Sientes algo?

Elena: No lo sé…

Damon se enoja.

Damon: Supongo que pensaste que este pequeño viaje iba a ayudarte a descubrirlo, ¿no es así? O tal vez estás esperando a que meta la pata para que tome la decisión por ti, ¿me equivoco?

Elena: Damon.

Damon: ¡¿Me equivoco?!

Elena: ¡Es lo que haces, Damon! Saboteas las cosas. Tú… piensa en ello. Siempre que hay un bache en el camino arremetes contra alguien.

Damon: ¿Pero… y si no lo hiciera? ¿Qué pasaría si no hubiera ningún golpe? Lo siento, Elena. Pero esta vez no voy a hacer que sea tan fácil para ti. Esta vez tendrás que descubrirlo por ti misma.

Ahora, cuando ya había decidido renunciar a su amor por ella y retirarse de la batalla, es Elena la que se ha lanzado, la que lo ha besado, la que por unos momentos le ha hecho tocar el cielo. ¿Pero por qué volver a darle esperanzas? ¿Por qué regresar al principio cuando las cosas estaban volviendo a su cauce? Porque Elena lo quiere, y también quiere frenar lo que siente por él. Por eso está esperando a que dé un paso en falso : para darse la razón a sí misma y poner fin a sus dudas. Esto es una forma un tanto cobarde de intentar no enfrentarse a lo que siente. Pero tal y como le ha respondido éste, ¿que ocurriera si esto no sucediese? ¿Acabaría Elena rendida en sus brazos? Nos costará verlo porque Damon, muy acertadamente, no se lo va a poner nada fácil, ya que se ha sentido utilizado. Pero eso no importa. Esto son Damon y Elena en toda su esencia, y son grandes momentos los que tienen cuando se pelean.

Y llegamos al final del capítulo, que concluye con una clara descripción de Rose a Jeremy sobre lo que significa estar con Damon:

“Sé que quieres pararlo, protegerla de él. Pero eres joven y no ves lo que yo veo. No es solo que ella le haga mejor persona. Lo hace, pero él la cambia a ella también. Damon la desafía, la sorprende, le hace cuestionarse su vida, en lo que cree… Stefan es diferente. Su amor es puro y siempre será bueno para ella. Damon es lo mejor para ella, o lo peor “.

Aquí volvemos a ver cómo un personaje distingue a ambos hermanos en lo que respecta a Elena. No hay nada más cierto que lo que ha declarado, y Elena en el fondo también es consciente desde que mantuvo la conversación con Matt en el 3×16 “1912″ acerca de sus sentimientos. Sabe lo que le aporta cada hermano en su vida, y sabe que Damon es la mejor opción, la que realmente la hace sentirse viva. Pero este gran amor tiene sus consecuencias, ya que puede llevarla a lo más alto de los cielos y a lo más bajo de los infiernos. Elena actúa cobardemente, temerosa ante el riesgo de un amor tan intenso y temerario al mismo tiempo. Pero también sabe que a pesar de los malos momentos, nunca se va a sentir tan viva, cambiada, desafiante y sorprendida como cuando está con Damon. Nuestra pregunta es: ¿Qué prefiere Elena? ¿Estabilidad emocional o ganas de vivir intensamente? Es decir… ¿Una buena y cómoda relación con Stefan o la mejor o peor relación que podrá tener en su vida junto con Damon?


3×20 (Do Not Go Gentle). En este capítulo no ha habido prácticamente interacción entre Elena y Damon. El vampiro, muy acertadamente, se ha centrado en su gran amigo Alaric, permitiendo en parte que Elena siga explorando sus sentimientos hacia Stefan por consejo de Caroline. En el episodio anterior la balanza se estaba equilibrando a nuestro favor. Y qué mejor persona que Rose ( una mujer que ha visto las cosas desde fuera, que no tiene rencor alguno con ninguno de los hermanos y que ha vivido más años que todos juntos) para hacernos ver lo que significaba estar con cada hermano. Stefan está bien, porque su amor es puro e incondicional. Pero Damon puede ser lo mejor… o lo peor. La Elena de la primera temporada no hubiese tenido el temperamento ni las agallas de apostar por Damon, ya que entonces necesitaba un amor más seguro y estable. Ella misma admitió ante Matt en el 3×16 “1912″ que Stefan le daba esa seguridad al saber que nunca dejaría de quererla y apoyarla. Pero… ¿es realmente lo que necesita ahora? La Elena actual no tiene nada que ver con la de antaño, y es porque Damon, en parte, la ha cambiado. Con Damon es capaz de sacar lo mejor y lo peor de sí misma. El mayor de los Salvatore es un constante desafío para ella porque la reta, la sorprende y le hace cuestionarse las cosas. En pocas palabras: la hace sentirse viva. ¿Que podría provocar que Elena decidiera volver a la seguridad de antes y así sentirse amada para siempre? Nada. Si los guionistas nos han vendido una Elena que ha evolucionado a lo largo de estas tres temporadas, el hecho de volver a los brazos de Stefan demostraría que no ha cambiado un ápice ni ha evolucionado. Y eso sería completamente incongruente para su personaje.

¿Y cómo puede combatir Caroline las sabias palabras de Rose cuando intenta convencer a Elena de que invite a Stefan al baile? Su discurso pierde credibilidad por el simple hecho de que ella tuvo su turbia historia con Damon y todos sabemos lo amiga que es de Stefan (hasta Elena le dice que no es parcial). Por lo tanto, no es objetiva. Una chica que dice que su amor es épico porque lo ha visto en “The Bachelor” (Reality Show estadounidense en el que un soltero busca pareja) no puede competir en absoluto con el gran discurso de Rose. Por lo menos, yo me niego a creerlo.


Finalmente Elena accede a que Stefan sea su cita, y después de varias escenas entre ellos que me recuerdan soporíferamente a la primera temporada, llega el tema oscuro de la noche: la estancia en Denver. Elena intenta explicarle lo que sucedió con Damon, pero Stefan, que no ha avanzado apenas en estas temporadas, prefiere no escucharlo. Con ello nos demuestra que vuelve a ser el vampiro comprensivo y sin sangre de siempre. ¿Cómo podría este vampiro encajar con la actual Elena? A mi parecer, se está quedando atrás. Y no digamos cuando aparece Damon, con su chupa de cuero y semblante serio, a quien en estos momentos lo que menos le preocupa es el triángulo amoroso porque está perdiendo a su amigo Alaric. No ha habido ninguna mirada entre ellos, nada. Y en parte es comprensible porque Damon le dejó bien claro que no se lo pondría nada fácil. Esto significa que tenemos a un Stefan que va a hacer todo lo posible por conquistar a Elena y a un Damon que no va a mover un dedo porque está harto de sus dudas y de sus pruebas, un Damon que le da una de cal y otra de arena y que puede ser lo mejor o lo peor para ella. ¡Qué diferentes son los hermanos! Y me encanta que Damon le ponga las cosas complicadas, pues esta vez debe ser ella la que se mueva si no lo quiere perder.

Otra cosa importante del capítulo es que Alaric, a pesar de haber tenido sus roces con Damon a lo largo de la serie, confía en que éste los cuidará durante su ausencia. “Damon se encargará de todo” les dice mientras se despide, pues sabe que los protegerá y antepondrá sus vidas a todo lo demás. Todo esto entra en conflicto con el “Ya no tengo a nadie” de Elena y el “me tienes a mí” de Stefan, el cual ya he comentado en la review del capítulo. Una vez más vemos que Stefan ha puesto toda su carne en el asador y busca volver a conquistarla.

Este capítulo es el que faltaba para compensar a los fans de Elena y Stefan. Está claro que todavía existen sentimientos que no han desaparecido, pero más que nada, he visto a Stefan como su apoyo incondicional y con las palabras que Elena ha querido escuchar en cada momento. Damon la hubiese regañado por hacerse la víctima y por pensar que todo es su culpa. La hubiese cuestionado como siempre lo hace, y ambos se hubiesen peleado. La relación de Stefan y Elena carece de esa pasión, de esa intensidad, de esa confianza para decirse las verdades a la cara… Stefan nunca le dirigirá la contraria, nunca la cuestionará y siempre la llevará entre algodones. ¿Pero es eso lo que necesita Elena a estas alturas? ¿Es eso vida para ella después de todos los intensos momentos que ha pasado junto con Damon? Las palabras de Rose van cobrando importancia a medida que se acerca el final de la temporada. Solo esperemos que Elena también se dé cuenta.

3×21 (Before Sunset). El capítulo se ha centrado más en la acción que en el triángulo amoroso. La conversación entre Elena y los hermanos Salvatore ha sido muy importante para saber que Elena sabe que no es correcto lo que está haciendo con ellos, pues está jugando con sus sentimientos. Pero es que después de todo lo ocurrido no puede perder a Damon ni a Stefan de su lado. No le quedan fuerzas para que alguien a quien quiere se aleje de ella una vez más, y eso es lo que provoca no estar preparada para tomar una decisión, pero sabe que tendrá que hacerlo tarde o temprano. Otra decisión importante es la que toman los hermanos al respecto. Han prometido que huirá lejos del pueblo el que no sea escogido.



3×22 (The Departed). Llegamos al final de la tercera temporada, pero no del largo camino que aún queda por recorrer. Elena nos presenta a través de flashbacks cómo era su vida sin vampiros a su alrededor, cuando sus padres vivían y eran felices a pesar de los problemas de su noviazgo con Matt. La joven vuelve a aferrarse a su pasado y siente que está volviendo a cometer el mismo error sobre la falta de sinceridad para no perder a alguien a quien quiere. Matt, tras ofrecerle una taza de té cree que Elena ha escogido a Stefan, pero ésta le responde que es complicado. Le cuenta que él fue quien la salvó de morir ahogada, pero la forma que tiene de describir su relación con él provoca que Matt, muy avispadamente, le pregunte si lo que le está ocurriendo es que se lo debe, a lo que ésta lo niega. Stefan fue el que le hizo recuperar las ganas de vivir después de la tragedia ocurrida con la muerte de sus padres. Estar con él es lo correcto, pues piensa que el amor debería ser de esta forma: amar a la persona que te haga estar contenta de seguir viva. “¿Entonces cuál es el problema?” pregunta Matt. “Damon es el problema” responde. “Cuando estoy con él me consume. Y sé que no puedo amarlos a los dos. Sé que está mal, pero cuando elija a uno perderé al otro. Y no quiero perder a nadie más”.

La conversación es muy parecida a la que mantuvieron en el 3×16 “1912″, pero con un pequeño matiz. Ella misma acaba llegando a una conclusión que va a influir más adelante: lo correcto es amar a la persona que te haga estar contenta de seguir viviendo, aunque exista fuera otro tipo de amor que la consuma por dentro y que no se lo pueda quitar de la cabeza. Esto nos ha dado una pequeña pista sobre si finalmente elegirá la dulce, romántica, bonita y estable relación con Stefan o en cambio, optará por la pasional, peligrosa y mejor (o peor) relación de todos los tiempos con Damon.

Ha sido fantástico poner a Elena entre la espada y la pared para que decida de una vez por  todas a alguno de los hermanos. Después de la “muerte” de Klaus (el supuesto creador de la línea de sangre de los Salvatore), Elena se encuentra en medio de la carretera con Matt, y debe decidir si regresar a Mystic Falls para darle el último adiós a Stefan (y de paso, a Caroline y Tyler) o bien, dirigirse a donde se encuentra Damon. Su elección es regresar a Mystic Falls, y se lo hace saber a Damon a través de una emotiva conversación telefónica en el que le confiesa que nunca dejó de amar a Stefan (cosa que todos ya sabíamos, pero eso no significa que no ame a Damon):

Damon: “¿Dónde estás?

Elena: “Matt me lleva a casa”

Damon: “A Stefan.”

Elena: “No solo Stefan, Damon. También a Tyler y a Caroline.”

Damon: “No, Elena. Lo entiendo. Entonces… ya que posiblemente soy hombre muerto, ¿puedo hacerte una pregunta?”

Elena: “Sí, por supuesto”

Damon: “Si fuéramos solo él y yo, y tuvieras que escoger, ¿a quién dirías adiós? ¿Quién sería?”

Elena: “Le quiero, Damon. Él entró en mi vida en el momento que necesitaba a alguien y me enamoré de él al instante. Y no importa lo que sienta por ti, yo… nunca me desenamoré de él. “

Damon: “Lo entiendo. Es Stefan, y siempre será Stefan”

Elena: “No puedo pensar en “siempre”. En lo único que puedo pensar es en el “ahora”. Y me preocupo por ti, Damon. Es por eso que tengo que dejarte ir. Pienso que tal vez si tú y yo nos hubiéramos conocido primero…”

Damon: “Quizás”.

Esta conversación podría haber deprimido a cualquiera de los seguidores de esta pareja, pero no nos desesperemos aún. Detrás de las duras palabras de Elena se esconde una cantidad de guiños que nos hacen pensar que esta no va a ser su decisión final. Analicemos entonces el porqué:

Primero: Elena ya no está segura del “siempre será Stefan”, sino que solo puede pensar en el “ahora”. Por lo tanto me reafirmo en que la frase lapidaria está muerta y enterrada.

Segundo: Le reconoce que sigue teniendo sentimientos por él, pero nunca dejó de estar enamorada de Stefan. Y no se desenamoró porque se aferra a su pasado y a lo que le hizo sentir entonces, cuando estaba hundida debido a la muerte de sus padres. Stefan llegó en el momento adecuado, y ahora mismo piensa que es la elección correcta.

Tercero: “Si tú y yo nos hubiéramos conocido primero…” Esta frase carece de sentido hasta unos instantes después, en los que se muestra a Damon tendido en el suelo debido a los golpes de Alaric y recordando el momento en el que se encontró con Elena por primera vez. Asombrosamente no se conocieron en la mansión de los Salvatore, como nos habían hecho creer a lo largo de la serie. Damon conoció a Elena antes del accidente de sus padres, una noche en la que estaba tendido en el suelo de la carretera para capturar a alguna víctima. Después de confundirla con Katherine, es sorprendente la velocidad con la que Elena le explica que se ha peleado con su novio por hablar del futuro, a lo que Damon llega a la conclusión de que no está enamorada de Matt. Elena le reconoce que no sabe lo que quiere, y él la cuestiona al respecto. “Quieres todo lo que el mundo quiere” le responde, a lo que ella le pregunta “Entonces… Damon. ¿Qué es lo que quiero?”. Curiosamente lo que desearía Elena es lo que en la actualidad tiene con Damon: un amor que la consuma (recordemos la conversación con Matt y su “Damon me consume”), con pasión, aventura, e incluso un poco de peligro. Elena no lo niega, y sus ojos transmiten que es exactamente lo que quiere. Las miradas de ambos muestran una especie de conexión poco habitual para dos personas que se acaban de conocer, sin saber que ese momento va a provocar que cambien sus vidas para siempre. Y es entonces cuando cuadra a la perfección que Damon, en el tercer capítulo de la serie (1×03 “Friday Night Bites”) se colara en su habitación y le acariciara la mejilla dulcemente. Pero Elena no recuerda nada de lo sucedido porque le borró la memoria para seguir oculto en Mystic Falls, no sin antes “obligarla” a conseguir todo lo que se proponga en la vida. Elena ha olvidado entonces, la respuesta a lo que estaba buscando, por lo que se ha vuelto a aferrar a una relación que es todo lo contrario a lo que realmente querría. El problema es que lo desconoce. Por suerte va a acabar recordando esta escena en la próxima temporada debido a su transformación en vampiro. Veremos entonces si esto afectará en su decisión.

Llegamos a la parte más impactante del capítulo. La escena, acompañada por un temazo de Sigur Rós (una de mis bandas favoritas) muestra la trágica noche en la que Stefan rescató a Elena del agua cuando se conocieron, y es Stefan quien la deja morir por petición de ella para que salve a Matt después de caerse el coche por el puente. Todos ya sabemos (y además en este episodio también nos lo recuerdan) que una de las principales diferencias entre los Salvatore es que Damon cuestiona las opiniones de Elena, le lleva la contraria cuando debe hacerlo y sobre todo, dejaría morir a cualquiera con tal de que ella viviese, aunque le odiase unos cuantos años por ello. La frialdad de Stefan al dejar morir al amor de su vida porque ésta le pide que rescate a su amigo es sorprendente. ¿Hasta tal punto le parece bien todo lo que ella decida? Dudo bastante que Damon se lo perdone, y si sumamos el martirismo que caracteriza a su personaje tendremos a un Stefan que se sentirá tremendamente culpable por haberla dejado morir y Damon no confiará la seguridad de Elena en él. Me imagino que será una gran fuente de conflictos, además de provocar que Damon no cumpla su promesa de abandonar Mystic Falls para no dejar a Elena en manos de un hombre que no la protegería por encima de todo, cosa que él hubiese hecho sin dudarlo.

La secuencia final ha sido perfecta. Desde que el coche de Matt se cae por el mismo puente donde murieron los padres de Elena hasta el desgarrador momento en el que Damon se da cuenta de que Elena ha muerto, ya que Alaric también perece mientras están peleando. Todo el capítulo ha sido en parte un recuerdo de la historia de Elena, desde que conoció a Damon hasta que ambos se salvaron el uno a otro, inconscientemente (Elena rescatada por la supuesta sangre de Damon, y éste rescatado de Alaric con la muerte de Elena. Jenn Dixit).

Al final del día veremos que sus vidas siempre acaban conectadas, y por mucho que intenten evitarlo, su destino es acabar encontrándose, no importa cómo ni dónde. Ni siquiera importa que Elena apueste de nuevo por un noviazgo con Stefan. Lo que tienen Damon y ella es algo que va más allá de toda relación y comprensión, lo que va a provocar que no se vaya a poder quitar a Damon de la cabeza, ya que le resultará imposible obviar que una relación como la que tiene con Damon es lo que siempre había buscado.

Las cosas van a volver a cambiar en el triángulo, pues Elena, debido a su transformación, empezará a recordar su primer encuentro con Damon y, muy importante, por fin vendrá a su memoria la maravillosa declaración que nos brindaron en el 2×08 “Rose” en la que le confesó su amor y le borró la memoria al no considerarse digno de ella. Veremos cómo reacciona a eso, pues va a provocar que sus sentimientos hacia él vayan en aumento. Y si sumamos a la falta de control que va a tener durante sus primeros días como vampiresa, la tensión entre ambos (multiplicada por diez) está asegurada. Y me encanta.

Todos estos detalles (además del desarrollo entero de la serie) me llevan a pensar de que a pesar de la decisión de ella, hemos podido ver de nuevo que Damon y Elena son la pareja de la serie.  A lo largo de las temporadas hemos visto cómo Elena se ha ido haciendo cada vez más fuerte, más madura… por lo que es cuestión de tiempo que acabe encajando las piezas en su desorientada cabeza. Y si realmente se alegraba de sentirse viva por Stefan, ¿qué ocurrirá cuando esté muerta? ¿Cómo va a soportar la fuerte atracción que tiene con Damon una vez recobre la memoria y al convertirse, sus sentimientos se multipliquen por diez? Vamos a tener que esperar cuatro meses para averiguarlo, pero estoy segura de que merecerá la pena.

Muchas gracias a todos por leerme. Ha sido fantástico compartir con vosotros este viaje de Damon y Elena que aún no ha llegado a su fin. Espero que aprovechéis el verano para poneros al día, recordar sus escenas y echéis un vistazo a la primera y segunda temporada para que os quedéis asombrados de la evolución de ambos a lo largo de la serie. Son personajes fantásticos, con sus pros y sus contras. Y a veces son las decisiones erróneas que toman las que los hacen únicos. Esto a su vez provoca que la relación que han estado construyendo sea maravillosa y completamente épica. Espero que lo veáis como yo y sigáis apoyando a esta pareja. ¡Nos leemos en septiembre!

Para acceder a la evolución de la cuarta temporada, haz click aquí


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