Análisis de las tramas del episodio.
Freya visita a sus hermanos, Klaus quiere saber a qué se enfrenta con Dahlia, y resulta ser que es una versión aún más diabólica del mismo Klaus. Freya se describe como una esclava al servicio de su tía, la cual le quitó toda libertad posible. Cuando la situación de Rebekah se complica, pues Eva intenta hacerse con el control, le piden ayuda a Freya, que acepta, pero Klaus que no confía en ella, le rompe el cuello. Como había dicho que era inmortal, si decía la verdad vivirá si no, no ha perdido mucho. Sus hermanos no están de acuerdo ya que parecen confiar en ella.
Klaus la saca de su casa, y muy injustamente la trata como si no fuera nadie, y le provoca para que cuente lo que le hace odiar a su tía. Cuando Freya como pese a no desearlo se enamoró, y se quedó embarazada. Ella y su pareja decidieron luchar por ellos y su bebé, su tía le mató con la misma maldición que Finn le puso a Kol.
Decidió acabar con todo, no permitiría que tocara a su hijo, por lo que tomó el veneno más potente de Dahlia, pero el hechizo que hacía que durmieran un siglo para acumular magia y vieran uno protegía su cuerpo y cualquier ataque pero tristemente no a su bebé.
Freya guarda mucho rencor por su tía del que Klaus cree que pueda aprovecharse, aunque no estoy tan segura.
Hemos visto como todos los miembros de esta familia de un modo u otro no han dejado de sufrir y pese a todo no pueden ser felices. Por su lado Rebekah en el fondo teme lo que está pasando, pide ayuda a su hermana y Davina, que al final vemos resulta atacada por la malvada bruja y en un hechizo que canaliza su poder. Sabemos que es cuestión de tiempo que ella y Marcel acaben juntos, en el fondo se aman y Marcel lo ha demostrado, amándola en cualquier cuerpo.
La escena final pone un poco los pelos de punta, con la tierna bebé durmiendo y la tía abuela cantando desde su sueño, aterrador y más sabiendo todo lo que vivió Freya.
No hay comentarios:
Publicar un comentario